El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, declaró el martes ante el Parlamento Europeo que, tras inspeccionar las centrales nucleares ucranianas, no se encontró material militar, lo que desmiente la acusación rusa.
Las declaraciones de Grossi se produjeron un día después de que el servicio de inteligencia exterior ruso acusara a Kiev de almacenar armas suministradas por Occidente en centrales nucleares de todo el país, una acusación que un alto funcionario ucraniano tachó de falsa.
Ayer, 23 de enero, un comunicado del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia declaró que los lanzacohetes HIMARS, los sistemas de defensa aérea y las municiones de artillería suministrados por Estados Unidos habían sido entregados a la central nuclear de Rivne en el noroeste de Ucrania.
“Las fuerzas armadas ucranianas están almacenando armas y municiones proporcionadas por Occidente en el territorio de las plantas de energía nuclear”, declaró el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia y agregó que la última semana de diciembre se había realizado un envío de armas a la central eléctrica de Rivne.
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente de Ucrania, Volodomyr Zelenskiy declaró a través de Twitter que “Ucrania nunca ha almacenado armas en el territorio de la central nuclear, como afirmó falsamente el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia. Por el contrario, la Federación Rusa se apoderó de la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia y mantiene allí a su ejército”.
Grossi dijo ante el Europarlamento que su agencia estableció una presencia permanente en todas las instalaciones nucleares ucranianas y que el martes ordenó inspecciones para comprobar si alguna de ellas contenía material militar:
El resultado de esas inspecciones fue negativo.
Según indicó, es la segunda vez en que el OIEA ha podido “desmentir acusaciones de cosas ilegales y muy peligrosas que tienen lugar en estas instalaciones”, citando acusaciones anteriores sobre la creación de una “bomba sucia”.
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