Por momentos, Mikel
Merino da la impresión de estar por todas partes. Tan pronto inicia el juego en campo propio, como aprieta en terreno de juego adversario. Tan pronto prolonga un balón en medio campo, como se asoma el balcón del área rival para intentar un disparo de media distancia. Tan pronto marca dentro del área como se faja con un tackle en tareas defensivas. La sensación de omnipresencia que transmite el navarro no es del todo irreal, teniendo en cuenta que desde que Imanol se hizo cargo de la Real en enero de 2019 sólo ha dejado de disputar cinco de los 67 partidos oficiales que se han disputado. Pero, por encima de la cantidad, lo que más peso específico coge en su juego es el gran crecimiento que ha experimentado esta temporada, ratificando la impresión que había dejado en la anterior de que la Real había acertado plenamente con su contratación.
No hay otro jugador como Mikel
Merino para Imanol
Alguacil. El navarro tuvo un inicio complicado con Asier
Garitano. Entre que sufrió una lesión y que el técnico de Bergara no le dio la continuidad de la que goza ahora, sólo jugó 11 de los 19 primeros encuentros de la pasada campaña, cinco como titular. La llegada de Alguacil al banquillo hace 18 meses supuso un cambio radical para el de Pamplona que pasó a convertirse, junto a Mikel
Oyarzabal, en la pieza más imprescindible en los planes del actual entrenador realista.
Sólo un par de lesiones sin importancia y dos ciclos de tarjetas amarillas le han impedido completar los 67 partidos que ha dirigido Imanol en esta segunda etapa. Los cinco partidos en los que se ausentó suponen una anécdota en una trayectoria espectacular en la que, a sus 24 años recién cumplidos, se ha convertido en un futbolista irremplazable para la Real. Merino, de hecho, se convirtió ante el Sevilla en el primer txuri urdin en superar los 3.000 minutos en Liga -sólo Oyarzabal puede superarlos mañana- y también es el jugador con más presencia sobre el campo sumando los minutos de Copa (3.523 en total).
A punto de renovar hasta 2025
La carga de partidos no merma, sin embargo, la capacidad de trabajo y la presencia en el juego de un Merino que, contra el Sevilla, a punto estuvo de marcar con un gran voleón al filo del descanso pero, sobre todo, ejerció esa impagable tarea de trabajo sin descanso, tanto en ataque como en defensa, que provocan que para Imanol sea su principal futbolista de cabecera. En los próximos días renovará su contrato con la Real hasta 2025 lo que, sin duda, supone una gran noticia para el club que tiene en el navarro a un pilar para su proyecto a medio y largo plazo.