“No hay un plan de contingencia para el regreso del rey emérito”

El periodista Jose Antonio Zarzalejos, durante la presentación de su libro sobre Felipe VI.
El periodista Jose Antonio Zarzalejos, durante la presentación de su libro sobre Felipe VI.Daniel Gonzalez / GTRES

Ni La Zarzuela ni La Moncloa tienen “un plan de continencia” para el regreso del rey Juan Carlos, que lleva ya seis meses en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Así lo asegura José Antonio Zarzalejos, exdirector editorial del Grupo Correo y del diario Abc y autor del libro Felipe VI. Un Rey en la adversidad (Planeta, 2021), presentado este miércoles en Madrid.

El periodista cree que la expatriación del rey emérito es indefinida y podría llegar a ser “definitiva”. Aunque consideraría un error que Juan Carlos I acabara sus días fuera de España, recuerda que Carlos IV e Isabel II murieron en el extranjero, a pesar de que sus hijos respectivos estaban en el trono. Zarzalejos atribuye a Felipe VI la decisión de alejar a su padre de España y asegura que costó mucho convencerle de que se marchara, lo que solo hizo con tres condiciones: él elegiría el país de destino inicial, se movería con plena libertad a otros y solo se haría pública su localización cuando él lo autorizase.

El periodista afirma que don Juan Carlos sufre “pérdidas de capacidad cognitiva y memoria”, de carácter leve, y no tiene conciencia de haber hecho nada malo, por lo que se siente “injustamente tratado”. Antes de la expatriación se manejaron otras alternativa; como su salida de Zarzuela, a una residencia que no fuera del Patrimonio Nacional, y la retirada del título honorífico de Rey, pero se desecharon rápidamente. Según Zarzalejos, esta última requería un debate en el Consejo de Ministros y hay dudas jurídicas de que sea posible, ya que la Constitución alude expresamente a don Juan Carlos, a quien se refiere como “SM” (Su Majestad).

Zarzalejos revela que Felipe VI intentó “intervenir discretamente” en la crisis catalana en julio de 2014, tras salir preocupado de una audiencia con el entonces presidente catalán Artur Mas, pero que el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, no lo aprobó. Respecto al discurso del 3 de octubre, tras el referéndum ilegal, sostiene que Rajoy lo aceptó “con reticencias” y que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, propuso incluir una apelación al diálogo que finalmente no se incorporó.


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