De Fucking a Fugging. Un pueblo austriaco de cuyo nombre los anglohablantes se han burlado durante años (fucking significa “follar” en inglés, y también se usa como adjetivo muy despectivo) ha dicho basta y cambiará su denominación por otra. Acabarán así años de robos de las señales de carretera que mostraban una de las palabras más malsonantes del inglés. Sus habitantes ya no se llamarán fuckingers, una palabra inexistente en lengua inglesa, pero también hilarante.
Con 2020 acabará el topónimo, que algunos expertos datan en el siglo XI, de un pequeño pueblo de 106 habitantes a unos 350 kilómetros al oeste de Viena. A partir del uno de enero, el lugar se llamará Fugging, un nombre de fonética similar. Aunque esa palabra no significa nada en inglés, la más cercana, fug, tampoco tienen una connotación agradable. Significa “aire viciado” o “atmósfera cargada”.
En la era del selfi, muchos turistas encontraban divertido hacer una parada en la población para fotografiarse junto a las señales (incluida una en que la palabra aparece tachada para indicar en la carretera que se abandonaba el pueblo) en las que rezaba en grandes letras negras el nombre de la palabrota, que muchos hablantes consideran tabú (se suele ver referida con el eufemismo “the f word” o “la palabra que empieza por efe”). Pero algunos visitantes llevaban la broma más allá y no dudaban en arrancar los postes y llevárselos consigo. Según recoge The Guardian, las autoridades locales tuvieron que usar un cemento a prueba de cacos para reducir tanto derroche en reponer cada cierto tiempo los indicativos.
La pequeña población pertenece al municipio de Tarsdorf, donde se ha tomado este jueves la decisión de poner fin a años de oprobio. La alcaldesa quiere que se acabe el jolgorio a costa del pueblo. “Ya no quiero decir nada más, ya hemos tenido bastante histeria mediática con este tema en el pasado”, ha señalado Andrea Holzner a un diario regional, en el que algunos lectores se han mostrado contrarios a la medida: “¿Es que la gente ya no tiene sentido del humor?”, se pregunta uno. “Tenían publicidad gratis y deberían alegrarse de tener un nombre divertido”, afirma otro.
El diario regional Oberösterreichische Nachrichten (OOeN) recuerda por lo que han tenido que pasar los habitantes. En 2009, la cómica estadounidense Roseanne Barr participó en un programa, muy difundido en redes, en el que el presentador llamaba a una oficina de turismo para decir que estaba interesado en Fucking. Existe una marca de cerveza registrada con el nombre de Fucking Hell (algo así como “puto infierno”) e incluso el portal pornográfico PornHub ofreció una suscripción gratuita a los habitantes del lugar como medida de promoción.
El origen etimológico del pueblo es discutido, aunque está documentado el nombre desde 1070, apunta el diario austriaco. Podría derivar de un personaje de aquella época que habitó en la zona, Adalpert von Vuckingen (la uve se suele pronunciar como la efe en alemán), pero también de un noble bávaro muy anterior, del siglo VI, que se dice que fundó el asentamiento: Focko. El topónimo se escribió sin la c hasta no se sabe qué fecha, pero sí que a principios del siglo XIX aún se denominaba ‘Fuking’.
Como señala el diario británico, no es el único nombre divertido en la zona para los hablantes de inglés. En Baviera hay otro pueblo que se llama Petting, algo así como “manoseos” o “toqueteos”.
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