No pasa nada, tenemos a Arconada


Pese a que la Real acabó campeona de invierno en aquella temporada 79-80, el Real Madrid de Camacho, Santillana, Juanito, Pirri y compañía seguía siendo favorito para llevarse un nuevo título a Chamartín. Los donostiarras tenían sus vitrinas vacías aunque estaban convencidos de que podían hacer historia aquel curso. Y es que por aquel entonces los txuri urdin tenían al mejor portero del mundo, que era capaz de desesperar a los delanteros más devastadores. La famosa fraserealso de “No pasa nada, tenemos a Arconada”, llegó a ser un clásico en Gipuzkoa.



En esa tacada de encuentros que van desde la jornada 21 hasta la 26 que toca revisar hoy, el sustento de la Real fue don Luis Miguel Arconada, que encadenó siete partidos consecutivos sin encajar gol. Desde enero a marzo. 680 minutos en total. El Dios txuri urdin ya intimidaba bajo palos.

La jornada 21 fue un mero trámite para la Real después de que el Rayo llegara en descenso a Atotxa tras una mala racha. Un gol de López
Ufarte en los primeros compases del encuentro puso el partido cuesta abajo para los de Alberto
Ormaetxea, pero no fue hasta la segunda mitad cuando terminaron de aniquilar a los vallecanos. Satrústegui, de nuevo ‘el pequeño diablo’ y Alonso redondearon la goleada. Que pase el siguiente.

Tocaba visitar el campo maldito en la siguiente jornada, pero ni por esas. Barcelona y Real empataron sin goles en un abarrotado Camp Nou. El Barça, venido a menos esa campaña, apenas inquietó a Arconada que tuvo una plácida tarde. El soporífero segundo tiempo tampoco dio para más, la Real solo hacía daño al contraataque, pero no fue capaz de marcar. Resultado ‘gafas’ y el partido no tuvo nada que ver con el de la primera vuelta (4-3 en Atotxa). Arconada dejó claro que su buen hacer no era sólo por méritos propios: “El 90% de mi éxito en esta campaña hay que adjudicárselo a mis defensas. Estoy muy bien arropado y eso me da a mí seguridad para ser mejor portero”, declaró. Alberto
Ormaetxea entró a la sala de prensa del Camp Nou con cazadora y sin corbata, se encendió un cigarrillo antes de contestar a los allí presentes: “Mi gente está muy fuerte, el partido me preocupaba como cualquier otro, no por ser el Camp Nou”. La racha de imbatibilidad ya era ‘trending topic’. “La racha es un aliciente en cada partido, pero cuando salimos al campo no pensamos en ello, solo queremos ganar”, dijo con confianza.

Vuelta a lo más alto

Eso hicieron la siguiente semana. La Real venció al Almería en Atotxa con un solitario gol de Satrústegui que, sumado al empate del Madrid ante el Betis, ponía a la Real de nuevo en lo más alto de la tabla. Restaban 15 jornadas y el sueño seguía vivo. La frase de “solo queremos ganar” se la tomaron en serio los pupilos de Ormaetxea. Viajaron a La Romareda para medirse al Zaragoza de Pichi Alonso, que aquel año acabó con 20 goles. Tampoco él pudo superar a Arconada. Alonso y Satrústegui llevaron al éxtasis a los muchos donostiarras que poblaron las gradas mañas. Había ganas de más.

La serie de cinco partidos de hoy concluye en Atotxa en el séptimo partido consecutivo sin recibir ni un sólo gol. Real y Betis empataron sin goles en un encuentro en el que Gordillo se topó con el ángel realista. Repitan… “No pasa nada, tenemos a Arconada”.


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