El ex jefe de gobierno de la Ciudad de México y senador de la República, Miguel Ángel Mancera, señaló que no especulará ni hará consideraciones de carácter político sobre las causas y responsabilidades del colapso de un puente de la Línea 12 del Metro el pasado 3 de mayo, que dejó un saldo de 26 personas muertas y un centenar de heridos.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, señaló que estará atento a cualquier requerimiento que se le haga para la investigación del siniestro y que esperará a que se conozca el resto de los dictámenes de la empresa noruega DNV, que se harán públicos en julio y agosto.
“Simple y sencillamente esperar los resultados técnicos completos que aún están pendientes en las fechas que indicaron y los alcances que han referido, que abarcan también las intervenciones que se han hecho, la parte de mantenimiento. Me parece que es bueno porque quedará completa toda la parte de investigación de las causas de este de este desplome”, enfatizó.
“De ninguna manera voy a repartir culpas, ni voy a hacer ninguna especulación ni consideración. Entiendo que va a ser objeto de análisis todo lo que se hizo en nuestra administración, todo lo que se ha hecho, todo lo que tiene que ver con mantenimiento que se ha referido ya también”, aseveró.
Recordó que durante su periodo como jefe de gobierno capitalino (2012-2018) se suspendieron en dos ocasiones las operaciones de la Línea 12. La primera ocurrió en marzo de 2014 debido a reportes de la operación diaria que alertaron sobre el desgaste ondulatorio, que generaba vibración en los trenes y complicaba su funcionamiento.
Aseguró que este cierre fue decidido por el Comité de Riesgos del Sistema de Transporte Colectivo Metro en Comité, debido a que los expertos refirieron en su momento que “de no hacerlo así, porque bien se pudo reparar la línea estando abierta, se corría riesgo”. Por lo tanto, se realizó una intervención en las vías y en las ruedas, particularmente en su fijación, mediante compañías expertas en vías y trenes, además del personal del Metro.
La segunda suspensión se realizó tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México y en el que resultó visiblemente dañada la columna 69 y se registraron afectaciones en las curvas 11 y 12. El cierre se mantuvo hasta que concluyó la intervención de empresas especializadas “en poder restaurar con seguridad toda la operación de este tramo que estuvo sujeto a la revisión”.
Sin embargo, se planteó que las curvas, al ser menores a 300 metros en los radios, necesitarían un mantenimiento especializado dado que “el desgaste ondulatorio no va a dejar de existir por las presiones que tiene el tren sobre la vía en este tipo de curvas”.
Negó haber tenido conocimiento de fallas constructivas como las que arrojó el peritaje preliminar de la empresa DNV, dado que estructuralmente solo se estudiaron las columnas dañadas por el sismo. En concreto, en la columna 69 se encontró “un ausencia de anillos en relación con las varillas” que fue solventada y que seguramente también será objeto de análisis por los especialistas.
Detalló que su gobierno realizó lo que los expertos indicaron que se debía hacer: “Nunca se escatimó, nunca se postergó, nunca se apresuró nada; los tiempos que marcaron los expertos, las acciones que marcaron fueron las que se realizaron”.
Mencionó un informe presentado al Senado de la República, posterior a que solicitara licencia como jefe de gobierno, que se acompañó de datos y de una cronología detallada las acciones que se realizaron en materia de estructura luego del sismo.
Mancera rechazó haber realizado una persecución en contra de su antecesor en la jefatura de gobierno, Marcelo Ebrard: “No hubo ninguna imputación porque nunca hubo una persecución, nosotros analizamos precisamente los tramos de responsabilidad cuando se dio el asunto de las vías, rieles y ruedas y fue exactamente donde se actuó, donde intervino Contraloría”.
El legislador también aseguró que durante su paso como procurador capitalino, en el gobierno de Ebrard, no tuvo conocimiento de que existieran prisas por terminar las obras de la Línea 12, ya que no era un ámbito de su competencia.
A la pregunta de si fue él quien sembró en el entonces presidente Enrique Peña Nieto la falsa idea de que Ebrard filtró la información que desembocó en el reportaje de ‘La Casa Blanca’, el senador perredista lo negó, dado que la documentación aparecida en éste no se correspondía con su ejercicio de gobierno.
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