Secar los platos con un elemento que usamos en la cocina puede acabar siendo totalmente asqueroso en muchos sentidos. A la hora de realizar esta tarea rutinaria, descubriremos que quizás estemos poniendo en riesgo nuestra salud. Intentar acabar con esta forma de conseguir terminar una de las peores tareas que podemos hacer en casa lo más rápidamente posible, es algo que hacemos sin darnos apenas cuenta. No volverás a secar los platos con esto, es asqueroso y antihigiénico, te podría estar provocando más de un problema de salud sin saberlo.
Es asqueroso secar los platos con esto
A la hora de secar los platos, la mejor opción es siempre el propio lavaplatos en caso de tenerlo o un escurridor. De esta manera va desapareciendo el agua y tenemos unos platos limpios en un poco más de tiempo. Esperamos obtener este elemento en menos tiempo, aunque estos atajos quizás nos cuesten más de un susto.
Los trapos de cocina no son la solución, acumulan bacterias y gérmenes que pueden ponernos enfermos sin saberlo. Teniendo en cuenta que en el interior de los platos es donde depositamos la comida para comer. Es importante dejarlos lo más limpios posibles para evitar cualquier problema mayor.
Nunca uses un trapo de cocina, sin saber qué has limpiado antes o podrías acabar teniendo más de un dolor de cabeza sin tener constancia de ello. Una opción que nos podría poner enfermos sin saberlo. A la hora de obtener una mejor solución para este tipo de tarea, podremos empezar a preparar un buen escurridor.
Que las gotas de agua se desaparezcan al aire libre es la mejor manera de evitar el riesgo de bacterias. Siempre es preferible usar un buen lavavajillas y lavar bien los platos. Otro de los errores que cometemos es no cambiar la escobilla o la esponja que usamos para limpiar los platos con la suficiente regularidad.
En unas semanas esta base que se usa para limpiar debe sustituirse. De lo contrario puede, al igual que los trapos de cocina, acumular una buena cantidad de bacterias y gérmenes. Son unos elementos que permiten lavar bien o mal los platos y dejarlos preparados para comer o servir nuestras recetas.
No dudes en invertir un poco más de tiempo, aunque te parezca una tarea que no sea nada o nos invite a una rutina más absoluta. Dedica tiempo a lavar los platos, para conseguir el mejor acabado posible.
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