Noam Chomsky, activista, crítico social y analista, está hospitalizado en Brasil, recuperándose de un derrame cerebral que sufrió hace un año que lo dejó con dificultades para hablar e inmovilizado.
Así lo confirmó su esposa Valeria Wasserman al periódico Folha de S. Paulo, donde narró que el lingüista fue atendido por médicos en Estados Unidos, quienes redujeron al mínimo sus medicamentos y le dijeron que no había mucho que hacer.
Ante una mejoría de Chomsky, como el reconocer a personas, recuperar la conciencia y comunicarse con dificultad, decidió trasladarlo en un avión ambulancia con dos enfermeros a Sao Paulo para que recibiera un tratamiento más personalizado.
De acuerdo con Folha de S.Paulo, el profesor emérito de lingüística del Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Universidad de Arizona, ha mejorado al grado de recuperar la consciencia y dejar la unidad de cuidados intensivos.
Valeria Wasserman compartió que Chomsky es visitado diariamente por un neurólogo, un logopeda y un neumólogo.
Compartió que el analista político sigue las noticias y que, cuando ve imágenes del genocidio en Gaza, levanta el brazo izquierdo en un gesto de lamento y rabia.
La también lingüista dijo a Folha de S.Paulo que planea mudarse a un departamento cerca de la playa en Río de Janeiro después de leer que vivir en un lugar soleado puede ayudar a los pacientes que han sufrido un derrame cerebrovascular.
“Nuestra sobrevivencia ha estado colgando de un hilo muy frágil”: Chomsky con Aristegui
Noam Chomsky estableció que “hay muchísimos retos, algunos son eminentes y existenciales, tienen que ver con la sobrevivencia misma de la vida humana organizada. Uno de ellos son los inexorables cambios del clima que llevan directamente a una catástrofe ambiental, a menos que se tomen medidas significantes, urgentes, para poder reducir esos peligros que enfrentamos”.
En entrevista con Carmen Aristegui para Aristegui CNN -realizada en noviembre de 2017-, lamentó que “el país más importante y poderoso se está negando a participar en estos esfuerzos (contra el cambio climático)” y no está actuando decididamente; “esta es una amenaza seria que afecta a México particularmente, porque está tan cerca y sufrirá dramáticamente los efectos”.
Refirió que la amenaza es el derretimiento de los glaciares, lo cual liberará bacterias ancestrales para las cuales “no tenemos inmunidad”.
En segundo lugar, el activista colocó la “continua amenaza de la guerra nuclear. Ahora tenemos 70 años en que de alguna manera hemos sobrevivido la existencia de las armas nucleares desde 1953″.
“Ha quedado claro que la inteligencia humana ha diseñado los medios a través de los cuales rápidamente nos podemos autodestruir.
“Sencillamente nuestra sobrevivencia ha estado colgando de un hilo muy frágil y delgado desde que ha habido casos repetidos en que el desastre ha estado demasiado cerca, es casi un milagro que hayamos sobrevivido puesto que las amenazas están escalando cada vez más”, consideró.
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