Noboa en Ecuador: contra la violencia, más violencia | Connectas

Noboa en Ecuador: contra la violencia, más violencia | Connectas

Por Suhelis Tejero de Connectas 

Según las encuestas, el presidente ecuatoriano no tenía ninguna seguridad de ganar la segunda vuelta electoral el domingo 13 de abril. Pero cuando terminó la jornada, Daniel Noboa se proclamó vencedor con un margen inesperadamente holgado. Una diferencia que le permitirá proseguir con la mano dura con la que gobierna desde noviembre de 2023, y a la que ahora espera sumar a otros países, como nada menos que Estados Unidos.

Con el 97,05% del total contabilizado, el Consejo Nacional Electoral indicó que Noboa obtuvo el 55,7% de los votos contra el 44,3% de la candidata correísta, Luisa González. Esta, siguiendo la tendencia del momento, no reconoció los resultados y en cambio denunció “el más grotesco fraude electoral”. Pero hasta ahora no hay señales de que se vayan a recontar los votos.

Noboa, un rico heredero convertido en político, ha centrado su mandato en luchar contra el crimen organizado que atenaza a su país desde hace algunos años. Para ello decretó el estado de conflicto armado interno, lo que le permitió militarizar varias zonas para tratar de disminuir los altos índices de violencia. Tres ciudades ecuatorianas, Machala, Guayaquil y Durán, están ahora entre las 50 más peligrosas del mundo, según el ranking presentado hace poco por la organización mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

Y, como para que nadie dudara de su mano dura, justo en la víspera de la segunda vuelta, Noboa firmó la novena prórroga del decreto de estado de excepción que suspende las garantías constitucionales. Con esta orden, el presidente de Ecuador se mantiene en el reducido grupo de mandatarios latinoamericanos que gobiernan con esta herramienta constitucional, en su caso, desde enero de 2024.

Ahora que confirmó su mandato por los próximos cuatro años, Noboa quiere profundizar el modelo. A inicios de abril, el Ministerio de Defensa confirmó que un grupo de la controversial empresa de mercenarios Blackwater –que ahora se llama Academi– acababa de llegar a Ecuador para asesorar y capacitar a las fuerzas de seguridad. Pero el asunto iría mucho más allá. El propio Noboa relató a finales de marzo que esperaba contar con tropas formales. “Estamos hablando de ejércitos. Fuerzas especiales de Estados Unidos, europeas, brasileñas. Esto podría ser una gran ayuda para nosotros”, dijo a la BBC.

El crimen organizado ha sembrado miedo y ha creído que puede operar con impunidad. Se les acaba su hora. Empieza la ayuda internacional en el Ecuador.

En reunión con @realErikDPrince, fundador de Blackwater, hemos establecido una alianza estratégica para fortalecer nuestras… pic.twitter.com/9IDnzADqvg

— Daniel Noboa Azin (@DanielNoboaOk) March 11, 2025

Además de la polémica contratación, el presidente ecuatoriano quiere que su colega Donald Trump declare organizaciones terroristas a las bandas ecuatorianas Los Lobos, Los Choneros y Los Tiguerones, tal como ya hizo con los carteles mexicanos, con el venezolano Tren de Aragua y la salvadoreña Mara Salvatrucha (MS-13). En un encuentro celebrado en marzo de 2025 en Mar-a-Lago, Florida, hablaron del tema y el estadounidense le habría asegurado que revisaría ese pedido.

Noboa también quiere que los militares estadounidenses regresen a la base de Manta, al oeste del país, pero lograrlo no es una tarea sencilla. Tras funcionar entre los años 1999 y 2009, el entonces presidente Rafael Correa la cerró luego de promover una reforma constitucional al respecto. Por eso, Noboa tendría que tramitar en el Congreso un nuevo cambio a la Carta Política, que la población ecuatoriana tendría que ratificar en un referendo. Noboa ha justificado la medida aludiendo que el narcotráfico es un crimen transnacional “y así hay que tratarlo”.

Pero no está claro si la administración de Trump corresponderá el acercamiento de Noboa. Según el experto Francisco Sánchez “para Estados Unidos es importante tener un gobierno aliado en la región, pero no perdamos de vista que Ecuador es un país pequeño, aunque ciertamente puede tener una posición estratégica en el combate contra las drogas y puede ser el único país que se adhiera de forma entusiasta a Estados Unidos en una política antidrogas que ha mostrado ser un fracaso en países como Colombia y México”, resalta.

Mientras tanto Juan Rivadeneira, consultor político y economista, no descarta que la base militar extranjera vuelva al país porque “la situación que se vive en términos de inseguridad es tan profunda que las soluciones son casi que todas necesarias, y los ecuatorianos necesitan también algo visible como la presencia de una base internacional porque de esta no salimos solos”.

No obstante, a otros expertos les preocupa poner el peso de la lucha antinarcóticos en la visión de guerra interna, algo que podría mantener por mucho tiempo la violencia que vive Ecuador. No dejan de recordar el caso de México, cuyos índices de violencia se multiplicaron desde 2006, cuando el presidente Felipe Calderón involucró a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el delito. “Noboa ha dicho que va a buscar también que haya desarrollo económico y empleos, pero esa es una línea que toma muchísimos más años”, dice la analista política Saudia Levoyer.

Y justamente el tema económico hace a su Gobierno vulnerable no solo a un empeoramiento de las condiciones sociales, sino también a mayores picos de violencia: Ecuador no tiene suficientes recursos como para mantener al país militarizado indefinidamente y por eso acude a Estados Unidos. La economía cerró el año pasado con una caída de 2,5%, con una escasez de energía que provocó apagones y con una baja inversión privada debido a la incertidumbre política.

En cuanto a los vecinos, resulta improbable que apoyen su mano dura. Para el experto Sánchez, el asalto del Gobierno ecuatoriano a la embajada de México en Quito, ocurrido hace un año, hizo que los países latinoamericanos, sin importar su signo político, se alejaran de Ecuador. La mayor prueba de ese aislamiento fue la ausencia total de mandatarios de la región en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Cuenca, en noviembre pasado. “Es muy difícil establecer posiciones regionales. Eso, a lo que estábamos acostumbrados antes con bloques de izquierda y de derecha, es muy difícil que se repita”, señala Sánchez.

A la Cumbre Iberoamericana en #Cuenca asisten el Rey de España 🇪🇸 Felipe VI, el vicepresidente de El Salvador 🇸🇻 , Félix Ulloa. El jefe de Gobierno de 🇦🇩 , Xavier Espol; el presidente de Portugal 🇵🇹 Marcelo Rebelo de Sousa y el anfitrión del evento, mandatario de 🇪🇨 , Daniel… pic.twitter.com/PVLZbU1qST

— Verónica Rivadeneira (@verorivadeneira) November 14, 2024

Los resultados electorales, suficientes para ganar con holgura, no parecen reducir la incertidumbre política y económica que enfrentará Ecuador en los próximos meses. Con una recesión a las puertas, una violencia sostenida y la baja estimada de los precios de sus exportaciones como el petróleo, Noboa deberá hacer malabares para no perder el apoyo popular. Al respecto, Levoyer pronostica una gobernabilidad muy difícil. “Noboa va a necesitar un gran ministro de Gobierno que pueda maniobrar muchas cosas para poder estabilizar nuevamente el país, porque si no vamos a quedar nuevamente paralizados en poquísimo tiempo”, advierte la experta.

La “muerte cruzada”, como popularmente se conoce al artículo 148 de la Constitución, que permite al presidente disolver el Congreso y convocar a elecciones generales, no deja de ser una posibilidad. Esa norma solo se ha aplicado en 2023 cuando el antecesor de Noboa, Guillermo Lasso, lo hizo por “grave crisis política y conmoción interna”, aunque sus adversarios lo acusaron de hacerlo para frenar el juicio político en su contra por presunta corrupción. Como sea, esa fue la figura legal que facilitó la llegada de Noboa al poder en ese año.

Pero nadie sabe si el apoyo popular logrado este 13 de abril en la segunda vuelta será suficiente para que Noboa sostenga sus planes de mano dura, ahora con ayuda de mercenarios y con la posible instalación de bases militares extranjeras en Ecuador. Solo el tiempo lo dirá.




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