La cantante Norah Jones se ha convertido en la gran triunfadora de la 45 edición de los premios Grammy, cuya entrega ha tenido lugar esta madrugada en Nueva York, al llevarse ocho estatuillas, incluidas mejor álbum, canción, disco del año y mejor nueva artista. El legendario Bruce Springsteen ha obtenido tres premios por su álbum The Rising.
Jones, de 23 años e hija del legendario intérprete de cítara Ravi Shankar, mezcla en su música el jazz, el country y el pop, y al recibir uno de sus múltiples premios dijo: “Nunca me imaginé que mi música iba a ser considerada algún día como popular”. Pese a ello, su disco ha vendido más de 6 millones de copias en todo el mundo, y su canción Don’t know why, compuesta por el músico Jesse Harris, ha sonado en todas las radios del orbe.
Junto con los Grammy a mejor álbum, disco y canción del año, así como el premio a la mejor nueva artista, Jones se llevó los premios como mejor álbum de vocalista de pop e interpretación vocal femenina de pop. Su disco también recibió un Grammy al mejor trabajo de grabación en estudio y al mejor productor, Arif Mardin, con lo que sumó más estatuillas que ningún otro disco en la noche.
Detrás de Jones en el total de premios se ubicó el grupo de música country Dixie Chicks, que ganó cuatro Grammy, al mejor álbum e interpretación de country, así como mejor interpretación instrumental en country y mejor diseño de disco.
Tres Grammy para Bruce
El veterano rockero de Nueva Jersey, Bruce Springsteen, se llevó tres Grammy como mejor canción de rock y mejor interpretación vocal de rock por The Rising, así como mejor disco de rock por el de mismo título.
El grupo No Doubt se llevó el Grammy al mejor grupo o dúo de pop, mientras la mejor interpretación masculina de pop fue para John Mayer, por su canción Your body is a Wonderland. Eminen ganó el Grammy por mejor álbum de rap y la banda de rock Foo Fighters como la mejor interpretación de una banda de rock pesado.
La noche se abrió con la presentación del legendario dúo de Paul Simon y Art Garfunkel, que cantó el tema The sounds of silence, canción que fuera uno de los himnos de las protestas contra la guerra de Vietman. Garfunkel reconoció tras la ceremonia que la canción “tiene una resonancia en los tiempos actuales”, pero aclaró que no la escogieron para dar un mensaje pacifista, sino porque se trata de su primer éxito y el que “lanzó nuestra carrera”.
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