LVIV, Ucrania — Días después de que funcionarios ucranianos confirmaran que sus fuerzas se habían retirado de la devastada ciudad industrial de Sievierodonetsk, el alcalde exiliado de la ciudad pintó el lunes un panorama sombrío de la vida de quienes permanecen allí, en un rincón del este donde las fuerzas rusas han centraron su atención en las últimas semanas.
“No hay buenas noticias que pueda compartir con ustedes”, dijo el alcalde, Oleksandr Striuk, en una conferencia de prensa matutina mientras describía una ciudad ocupada por Rusia golpeada y en algunos lugares arrasada por fuego de artillería.
Alrededor de 7.000 a 8.000 civiles, de una población de 160.000 antes de la guerra, todavía estaban en la ciudad cuando cayó ante las fuerzas rusas el viernes, dijo Striuk, según la información de fuentes que aún están dentro. Su situación humanitaria es desesperada, con infraestructura arrasada y escasez de agua potable y alimentos.
Alrededor del 90 por ciento de los edificios de la ciudad han sido destruidos, dijeron anteriormente funcionarios ucranianos.
Las fuerzas ucranianas se han retirado al oeste hacia Lysychansk, la ciudad gemela en la orilla opuesta del río Siversky Donets. Pero como no quedaban puentes en pie, tuvieron que usar todos los materiales que pudieron encontrar en Sievierodonetsk para retirarse, dijo Striuk.
Él y otros funcionarios locales se vieron obligados a huir a otros lugares de Ucrania cuando la situación se deterioró. Es probable que a los que queden solo se les permita evacuar a ciudades controladas por Rusia, como ha sido el caso en otras áreas capturadas.
Sievierodonetsk tenía cierta importancia simbólica, reconoció el alcalde, y se había convertido en un centro administrativo regional en la provincia de Lugansk después de que los separatistas prorrusos se apoderaran de parte de la región en 2014.
También dijo que es probable que las fuerzas rusas ahora centren sus esfuerzos en Lysychansk, la última ciudad de Lugansk que permanece en manos ucranianas.
Después de abandonar su intento frustrado de tomar Kyiv a principios de la guerra, las fuerzas rusas han estado tratando de reclamar el control total de Donbas, la región oriental que contiene las provincias de Lugansk y Donetsk, donde sus aliados separatistas ya tenían territorio.
El lunes, Serhiy Haidai, gobernador de Lugansk, pidió a los civiles que evacuaran Lysychansk y calificó la situación de “muy difícil”.
“Debido a la amenaza real para la vida y la salud, pedimos una evacuación inmediata”, dijo en una publicación en la aplicación de mensajería social Telegram. “Sálvate a ti mismo y a tus seres queridos. Cuida a los niños. Asegúrese de que será atendido en las ciudades de evacuación en el territorio de Ucrania”.
El estado mayor general del ejército ucraniano dijo en un comunicado el lunes que las fuerzas rusas estaban tratando de bloquear Lysychansk desde el sur, con el apoyo de la artillería, y estaban bombardeando la infraestructura civil y militar en el área.
Incluso después de la retirada ucraniana de Sievierodonetsk, el ataque ruso al este no ha disminuido. Las tropas rusas lanzaron 20 ataques en 12 asentamientos en la provincia de Donetsk desde el domingo hasta el lunes, y se registraron bajas civiles, según una publicación de Telegram de la Policía Nacional de Ucrania.
Gran parte de Ucrania, incluso áreas del oeste y del norte que habían escapado a lo peor de los combates en las últimas semanas, permanecieron nerviosas el lunes después de que aumentaron las tensiones por una repentina escalada de ataques en Kyiv y otras áreas durante el fin de semana.
Se dispararon docenas de cohetes desde el espacio aéreo bielorruso hacia Kyiv y la región circundante, y al menos una persona murió en la ciudad.
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