BERLÍN — Los funcionarios europeos han expresado su confianza en que pueden soportar un invierno con energía rusa limitada, ya que Moscú pospuso el reinicio del flujo de gas natural a Alemania a través de un gasoducto vigilado de cerca.
La Unión Europea se ha estado preparando para la posibilidad de que Rusia corte las entregas de gas en represalia por la oposición europea a la invasión de Ucrania por parte de Moscú. Bajo el largo mandato del presidente Vladimir V. Putin, Rusia ha ejercido su suministro de energía de innumerables maneras para obtener ganancias en política exterior, a menudo en un esfuerzo por buscar influencia sobre las políticas europeas cerrando el grifo del gas en invierno.
El comisionado de economía de la UE, Paolo Gentiloni, dijo el sábado que el bloque estaba “bien preparado para resistir el uso extremo del arma de gas por parte de Rusia”, según Reuters.
“No tenemos miedo de las decisiones de Putin, estamos pidiendo a los rusos que respeten los contratos, pero si no lo hacen, estamos listos para reaccionar”, dijo al margen de un foro económico en Italia.
Alemania, en particular, ha impuesto duras medidas de ahorro de energía.
“Incluso si las cosas vuelven a ponerse realmente difíciles con las entregas desde Rusia, lo más probable es que pasemos el invierno”, dijo Olaf Scholz, el canciller alemán, en una entrevista con WAZ, un diario regional, que se publicó el viernes y que publicó en su cuenta de Twitter el sábado por la mañana.
El ministerio alemán que supervisa las entregas de gas señaló que el almacenamiento de gas de Alemania ya está casi lleno en un 85 por ciento, un objetivo establecido para principios de octubre.
Y mientras Alemania obtenía el 55 por ciento de su gas natural de Rusia en febrero, cuando Rusia atacó por primera vez a Ucrania, el gas ruso representó alrededor del 10 por ciento de la mezcla de gas de Alemania el martes, el último día completo en que el gas fluyó a través del gasoducto Nord Stream 1. gracias a meses de abastecimiento de gas de otros países. Actualmente, Alemania recibe la mayor parte de su gas natural de Noruega, los Países Bajos y Bélgica.
“Hemos notado la falta de confiabilidad de Rusia en las últimas semanas y, en consecuencia, hemos continuado, sin inmutarse y de manera consistente, con nuestras medidas para fortalecer nuestra independencia de las importaciones de energía rusas”, dijo una portavoz del ministerio alemán responsable de energía en un comunicado el viernes. “Como resultado, ahora estamos mucho mejor equipados que hace unos meses”.
Entre la multitud de reglas de ahorro de energía que el gobierno ordenó preparar están las regulaciones que entraron en vigor el 1 de septiembre y que establecen que la mayoría de los edificios públicos solo pueden calentarse a 66 grados Fahrenheit y no pueden iluminarse externamente después de las 10 p. m. Pero los funcionarios señalan que la situación sigue siendo tensa y se requiere mucho ahorro de gas.
“No quiero que se me malinterprete; esta aún no es la señal de ‘todo despejado’”, dijo el miércoles Robert Habeck, el ministro de energía.
Se esperaba que Gazprom, el gigante energético de propiedad rusa, reanudara el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 el sábado después de tres días de mantenimiento. Pero horas antes, dijo que había encontrado fugas de aceite alrededor de una turbina utilizada para presurizar el oleoducto, lo que obligó a suspender el reinicio. No dio una línea de tiempo para reiniciar.
El gigante del gas dijo el sábado que Siemens Energy, la empresa alemana que construyó la turbina, ayudaría a reparar el equipo averiado. Pero Robin Zimmermann, un vocero de la empresa, dijo que hasta el viernes por la noche no había recibido ninguna solicitud de este tipo.
Siemens tampoco cree que la supuesta fuga sea suficiente para forzar el apagado total de la turbina, dijo la compañía. “Según nuestro entendimiento técnico como fabricante de la turbina, lo que se encontró ayer no es motivo para dejar que la turbina se detenga”, dijo Zimmerman.
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