“A pesar de la sonrisa que pueda poner la autoproclamada Áñez, no hay la voluntad de garantizar la libertad del ejercicio de derechos políticos y civiles para la mitad del país”, dijo.
Gabriela Montaño, exministra de Salud de Bolivia asilada en México, señaló que el panorama por el que atraviesa actualmente su país es “la misma situación que el presidente Evo Morales había propuesto el domingo 10 de noviembre en la mañana, un llamado a nuevas elecciones, solo que con masacres de por medio, con la vida de 32 personas pérdidas, con la destrucción de la vida de cientos de bolivianos”.
En entrevista para Aristegui en vivo, Montaño comentó que el acuerdo que ha alcanzado el gobierno de facto de Jeanine Áñez para convocar a elecciones será solo “un maquillaje al golpe de Estado” si esto no ocurre en condiciones de democracia real.
“El MAS había propuesto dos leyes junto con organizaciones sociales, una ley era para viabilizar la convocatoria a elecciones nacionales y otra ley que permita proteger a la dirigencia sindical, política que está siendo perseguida para que se pueda garantizar la libertad de las personas detenidas sin justificación”, explicó la exministra. Sin embargo, detalló que solo avanzó la de convocatoria a elecciones.
“El país sigue bajo un golpe de Estado, con una situación de persecución política nunca antes vista en la vida democrática del país, comparable solo con la dictadura militar de los 70″, señaló Gabriela Montaño y aseguró que incluso hay ministros del gobierno de facto “que dice que van a detener a periodistas sediciosos, tanto nacionales como internacionales, han habido equipos de prensa que han tenido que salir de Bolivia ante una situación de hostigamiento permanente”.
Montaño explicó que existía la esperanza de que una vez aprobada la ley de convocatoria a elecciones, la actitud del gobierno de facto se matizara, pero eso no ocurrió y dijo que no ha sucedido porque “no hay una voluntad del gobierno de facto de generar las condiciones de democracia real para la ciudadanía y los militantes políticos del MAS, de darles un escenario en que la libre expresión y la posibilidad de generar propuestas y poder ejercer sus derechos políticos, sea real”.
“A pesar de la sonrisa que pueda poner la autoproclamada Áñez, no hay la voluntad de garantizar la libertad del ejercicio de derechos políticos y civiles para la mitad del país”, dijo.
La exministra de Salud precisó que el MAS no desconoce sus acuerdos y su palabra. Sin embargo, “lo que tiene que hacerse es que los golpistas le den una oportunidad y le abran la puerta a una democracia real. Nosotros vamos a mantener nuestra palabra en tanto, por supuesto, haya democracia en el país”.
Respecto a las acusaciones del ministro de Gobierno, Arturo Murillo, quien dijo que el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán, estuvo en Bolivia con complacencia de Evo Morales, Montaño sostuvo que ese tipo de mentiras, en las que se intenta relacionar al presidente asilado en México con el narcotráfico, han existido siempre.
“Son las fake news que el gobierno de facto trata de instalar tanto a nivel nacional como internacional. Las acusaciones de vinculación del narco con el gobierno de Evo las hicieron un millón de veces y nunca pudieron probar nada“, aseguró.
Además explicó que el origen desde donde se trata de sustentar ese vínculo es que el Presidente fue y sigue siendo dirigente del sector campesino de la zona del Trópico de Cochabamba, donde antes del gobierno se trató de hacer desaparecer a esa dirigencia y eliminar al sector cocalero, la fuerza que tenía como movimiento social.
La exministra sugirió que Murillo debería cuestionar, en todo caso, a su socio político presidente del Comité cívico de Santa Cruz, Camacho, pues “en un acto público pone de ejemplo de vida a Pablo Escobar y literalmente dice: hay que hacer como Pablo Escobar, sacar la libretita y anotar los nombres de los traidores“.
“Creo que hay mucho dolor, es muy difícil que gente desarmada, que ciudadanos comunes, los sectores populares puedan enfrentarse a las armas, a las fuerzas armadas, a la policía, que sacaron tanques, que utilizaron los helicópteros y aviones con los que nosotros como gobierno equipamos para disparar contra la ciudadanía civil desarmada”, agregó.
La exministra de Salud enfatizó que “el golpe de Estado en Bolivia es un pésimo ejemplo para todo el continente. Bolivia ha sido durante estos años un ejemplo de estabilidad económica, política y social y ahora se puede convertir en el ejemplo de la destrucción del tejido social”.
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