Una columna de humo amarillo opaco quedó plasmada en el cielo de Monterrey pasado el mediodía de este domingo. Videos y fotografías que circularon en redes sociales comenzaron a alertar que estaba saliendo de la refinería Cadereyta, que pertenece a Petróleos Mexicanos (Pemex). El gobernador de Nuevo León, Samuel García, dijo en Twitter que se había comunicado con el director de la planta, que le había dicho que se reportó una falla pero ya había sido controlada. García advirtió entonces que iba a haber “sanciones fuertes” por este incidente. Más tarde, la Secretaría de Medio Ambiente estatal habló de una posible clausura. Pemex emitió más tarde un comunicado en el que aseguró que se había tratado de un procedimiento preventivo que “no representó ningún riesgo para la población”.
“Están circulando videos terribles de la contaminación que produce esta refinería, alarmantes, uno se queda en shock de ver ese humo amarrilloso gris”, dijo Samuel García en un video publicado en sus redes sociales. “Obviamente lo primero que hice fue hablar con el director, estoy en comunicación con él, le estoy pidiendo una reunión urgente, también le estoy avisando al presidente [Andrés Manuel López Obrador] de lo que está sucediendo en Nuevo León”, ha agregado. García ha explicado que el director de la planta le señaló “que fallaron unos compresores y esto descontroló la operación de la planta catalítica, pero que esto ya fue controlado de emergencia. La secretaria de medio ambiente acudió, vamos a poner sanciones fuertes por este incidente”.
Posteriormente a este comunicado, el secretario de Medio Ambiente de Nuevo León, Félix Arratia, informó que el sistema de monitoreo estatal había reportado en las últimas dos semanas un aumento en las emisiones contaminantes de la refinería, por lo que el Gobierno de Nuevo León emitió una carta a Pemex en la que señalaban una serie de puntos críticos, entre ellos, las emisiones. Por esto, la Administración estatal ha advertido que la planta podría ser clausurada de no controlar la contaminación que libera.
Imagen de archivo de la refinería de Pemex en Cadereyta.Gabriela Pérez Montiel (Cuartoscuro)
La petrolera paraestatal ha respondido públicamente a las acusaciones tras el incidente y ha dicho que el evento del domingo fue “un desfogue controlado”, que formaba parte de un “paro seguro” de una de las plantas de la refinería. “Este procedimiento, que se aplica de manera preventiva, generó —durante siete minutos— una columna de humo, cuyo contenido era 99% de vapor de agua y el 1% restante era remanente de hidrocarburo, lo que le dio coloración amarilla a la columna de vapor”, ha agregado en el comunicado.
“Derivado de lo anterior, se revisó el monitoreo del Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA), cuyos registros de las 14:43 horas no presentaron cambios con respecto a valores que tenían antes de la emisión del vapor, lo que permite confirmar que el evento no representó ningún riesgo para la población”, ha dicho la petrolera. Pemex ha afirmado además que la refinería de Cadereyta opera “con toda normalidad” y ha asegurado que mantiene un “compromiso con la seguridad de la población local”.
La pelea entre el Gobierno de García y la petrolera se ha perdido de momento en la discordancia entre los datos de la contaminación en el aire. Un reciente estudio realizado por IQAir junto a Greenpeace, junto a ONU Hábitat y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en México la concentración de las pequeñas partículas en el aire —que genera la baja calidad del aire— superan entre tres y cinco veces lo aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre las ciudades que aparecen en la lista de más contaminadas y que caen en estos números aparece no solo Monterrey, sino la zona conurbada de la capital del Estado, como lo son General Escobedo, San Nicolás de los Garza o Santa Catarina, donde se instalará próximamente Tesla.
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