Un tratado que Rusia e Irán tienen previsto firmar en breve incluirá una cooperación más estrecha en materia de defensa, declaró el jueves el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov.
Los lazos militares entre ambos países preocupan profundamente a Occidente, ya que Rusia libra una guerra en Ucrania, mientras que Irán e Israel han intercambiado ataques aéreos y con misiles en Oriente Medio.
“El tratado sobre una asociación estratégica integral entre Rusia e Irán que se está preparando se convertirá en un factor importante en el fortalecimiento de las relaciones ruso-iraníes”, aseguró Lavrov a la televisión estatal.
Dijo que el acuerdo se estaba preparando para su firma “en un futuro próximo”. Rusia ha declarado que espera que el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, visite Moscú antes de finales de año.
“Confirmará el deseo de las partes de estrechar la cooperación en el ámbito de la defensa y la interacción en interés de la paz y la seguridad a nivel regional y mundial“, afirmó Lavrov. No especificó qué forma adoptarían los lazos en materia de defensa.
Desde el inicio de la guerra con Ucrania, Rusia ha estrechado sus lazos con Irán y Corea del Norte, dos países muy hostiles a Estados Unidos.
El presidente Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un firmaron en junio un tratado “global” de título similar, que incluye una cláusula de defensa mutua, y Estados Unidos y la OTAN afirman que Pyongyang ha enviado unos 10 mil soldados a Rusia para su posible despliegue en la guerra.
Rusia no ha negado su presencia y afirma que aplicará el tratado como considere oportuno.
Estados Unidos acusó en septiembre a Teherán de suministrar misiles balísticos de corto alcance a Rusia para que los utilizara contra Ucrania, e impuso sanciones a barcos y empresas que, según dijo, estaban implicados en el suministro de armas iraníes.
Teherán niega haber suministrado a Moscú los misiles o los miles de aviones no tripulados que, según Kiev y funcionarios occidentales, Rusia utiliza contra objetivos militares y para destruir infraestructuras civiles, incluida la red eléctrica ucraniana.
El Kremlin declinó confirmar la recepción de misiles iraníes, pero reconoció que su cooperación con Irán incluía “las áreas más sensibles”.
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