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Nuria Adraos, la maquilladora con seguidores de medio mundo que emergió de las fallas


El número de seguidores en redes de esta maquilladora artística es superior a la población de la Comunidad Valenciana. Hace poco más de dos años, Nuria Adraos (Valencia, 22 años) era “una chica de barrio con un grado medio en Estética”, cuenta. Esa formación no ha cesado, con másteres y una fuente de inspiración inagotable: las Fallas. “Con 11 años vi como un equipo de maquilladores desplegaba todo su arsenal para convertirnos en Cats, para hacer el musical en la falla. Había ido a clases de dibujo de pequeña. Había trabajado las bases de la anatomía, con acrílicos, óleos y hasta modelaje en arcilla. Pero cuando vi lo que podían hacer…”. La epifanía desató un imaginario que parte de musicales, el cine de Disney y la animación. Con ello, esta makeupfluencer ha dado con un lenguaje universal que se compone de agua colores, posticería, goma eva y sesiones de maquillaje en directo de entre 8 y 12 horas.

Solo en TikTok tiene 4,3 millones de seguidores, la mayor parte de ellos, de fuera de España. “Tengo claro que de no haberme expuesto personalmente, de no haber creado una conversación abierta con mis seguidores, mi crecimiento se hubiera estancado”, dice Adraos. La relación con su comunidad es constante y ha revelado no pocos talentos: “el maquillaje ha sido mi tabla de salvación personal. Sufro de ansiedad y para mí es algo parecido a unas vacaciones cotidianas. Ahora, ya no sé cuántas personas me han dicho cómo les ha ayudado verme y conocerme. No sé cuántas me han dicho que han dejado su carrera o su trabajo para estudiar caracterización o maquillaje. Por un lado, da vértigo, pero por otro me siento bien por animar a la gente a que disfrute o desconecte como lo hago yo”. La maquilladora convive con este nivel de influencia con su propia fórmula: “me exijo sentir que, de verdad, hago lo que me da la gana. Y que si tengo un mal día, lo cuento. Meterme en un papel y fingir tantas horas al día sería agotador”.

El resultado de la ecuación que cruza millones de seguidores y exposición personal implica, “inevitablemente”, según la maquilladora, “un porcentaje de odio. No me puedo quejar porque es minoritario, pero he aprendido a no engañarme cuando me dicen algo que no me sienta bien y trato de negar que no me afecta”. La dulce condena de esta influencer del maquillaje es que cada vez que ha dado el salto a una nueva plataforma, ha crecido tanto o más que en la anterior. Cuando Instagram parecía ser su espacio natural, el paso a TikTok o Twitch le demostró que el video, en su versión corta y frenética y en su formato directo y sin guion, le permitían seguir creando una narrativa que parte “de la fantasía, de las ilusiones” y de una iconografía de personajes globales. El proceso de diseño y producción se remata con una jornada de maquillaje a la semana, “pero me paso los 365 días pendiente de la creación de contenido porque, sí, me he profesionalizado y bien, también con colaboraciones publicitarias, pero la exigencia es total”.

Adraos es selectiva con su participación en eventos, programas de televisión o relaciones con marcas. Se evidencia en sus valores de cara a los planes que tiene a corto y largo plazo. Por un lado, con la creación de una marca de maquillaje artístico “cruelty free y vegana. Queremos producir desde España, lo cual por normativa ya nos exigiría que no haya animales implicados. Estamos dando los primeros pasos porque, como es evidente, la inversión en investigación y homologaciones es importante”. Mientras, ha empezado a formarse como actriz: “es mi otra ilusión desde pequeña. Hace un tiempo me ofrecieron un papel, un trabajo profesional y decidí que era el momento. Primero, de responder honestamente y advertir que me tenía que preparar. Ahora, de disfrutar de la formación y probarme. Y ojalá poder actuar, porque pese a lo que muchos seguidores me preguntan, siempre he tenido ilusión por formar parte del entramado del cine y la televisión, pero no desde el maquillaje, sino delante de las cámaras”.

Gracias a su impacto y a una dedicación exclusiva, Adraos ha paseado recientemente por alfombras rojas (como la de los premios Ídolo, impulsados por Dulceida) o firmado pósters en su visita a distintas ciudades (la última, Granada). También ha recibido el cariño de artistas de otras disciplinas, como la cantante Gisela: “me escribió por redes para darme la enhorabuena y decirme que, como actuaba en València, si me apetecía maquillara de Elsa, el personaje al que pone voz en Frozen. ¡Cómo no iba a querer! Se pasó el día en mi casa, comió con mis padres, disfrutamos del proceso y ahí estábamos, como si fuéramos dos amigas más. Es el tipo de cosas que pueden hacer que desconectes de tu realidad, pero me sigo considerando una chica de barrio”. Tan de barrio que no olvida cómo el teatro fallero (tiene dos premios Saragüell) fueron el origen de su pasión por el maquillaje artístico y la interpretación: “me llena de orgullo que mi nombre se relacione con las fallas y con Valencia. Es donde empezó todo esto”.

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