Quintina y Severina de 70 y 40 años de edad, elaboran junto con otras damnificadas “muñecas de trapo” basadas en la vestimenta tradicional de la mujer zapoteca y además con causa a favor de los derechos humanos de las mujeres.
Por Diana Manzo
Ixtaltepec, Oax.- Para reconstruir su alma después del sismo de magnitud 6.1 que las dejó sin vivienda aquel 23 de septiembre del 2017 cuando la tierra se movió por segunda vez y dejó a más de 7 mil damnificados en el Istmo de Tehuantepec, Quintina y Severina de 70 y 40 años de edad, elaboran junto con otras damnificadas “muñecas de trapo” basadas en la vestimenta tradicional de la mujer zapoteca y además con causa a favor de los derechos humanos de las mujeres.
En el municipio de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, según datos de las autoridades, el 80 por ciento de las más de cuatro mil viviendas registró daños con el sismo de magnitud 8.2 y otras 800 casas se dañaron severamente con la réplica del 23 de septiembre, entre ellas las viviendas de Severina y Quintina, de donde son originarias.
Ambas no han podido reconstruir sus viviendas porque a la fecha no han recibido sus tarjetas de apoyo para la reconstrucción que otorga la Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu); por lo que la tristeza y los malos ratos los curan elaborando muñecas de trapo en el Centro de Saberes, Fábricas de Artes y Oficios que fundó la Asociación Civil, Binni Biani (Gente de luz) a cargo de Nayla Altamirano Allende durante la etapa de emergencia después del terremoto del 7 de septiembre.
En ese pequeño espacio construido como lugar de resiliencia para atender las almas de las mujeres, se encuentra el taller “Tejiendo Esperanza”, en donde con sus manos elaboran cada una de las muñecas que son inspiradas en las “abuelas ixtaltepecanas”y donde además llevan un mensaje de solidaridad a favor del respeto a los derechos de la mujer.
“Las tejemos contra los feminicidios, contra la violencia de genero, y por una igualdad de oportunidades; cada una de nuestras muñecas son elaboradas por nosotras, mujeres damnificadas que perdieron todo con esa replica del 23 de septiembre, que es un sismo olvidado, porque hasta la fecha las autoridades no nos han apoyado, seguimos sin reconstrucción”, expresó Quitina Castillo Ríos de 70 años de edad.
Quintina lo perdió todo con el sismo del 23 de septiembre, su vivienda que se había dañado con el terremoto del 7 de septiembre terminó por colapsarse el 23 de septiembre, por lo que ahora vive en un refugio temporal en espera de que las autoridades le ayuden y le den su apoyo para la reconstrucción que forma parte del llamado “segundo censo” donde hay aproximadamente 7 mil damnificados.
Para elaborar las muñecas, las mujeres que son como una veintena se reúnen todas las tardes y terminan hasta que se oculte el sol, cada una aporta telas de varios colores y a su imaginación elaboran los rostros y les colocan sus accesorios, después entre todas eligen “la causa” y las ofertan en un precio aproximado de 250 pesos.
Con la venta de las muñecas obtienen ingresos y han podido alimentar a sus familia, Severina Castillo Vicente tiene 40 años de edad y es otra de las mujeres damnificadas que han logrado levantarse a pesar de no tener un hogar propio porque el sismo se lo llevó.
Por las mañanas se dedica a realizar empanadas de dulces y a confeccionar ropa y por las tardes elabora muñecas. “He regresado a mi infancia, las muñecas me motivan, me han regresado a mi niñez, a esa niñez donde no tuvimos muñecas, y era un anhelo, esta actividad me ha fortalecido mucho”.
Severina y Quintina confiesan que cada vez que las confeccionan “la fuerza” les regresa porque el taller ha servido como “centro de sanación del espíritu”.
“A veces amanecemos tristes de ver nuestro entorno y no tener un hogar, pero cuando llegamos al taller todo se olvida, ahí nos desahogamos, reímos y hasta discutimos, nos hemos convertido en una gran familia, y eso se valora mucho”.
Nayla Altamirano Allende, directora de la Asociación Civil, Binni Biani (Gente de luz) explicó que además del taller de muñecas, se han hecho otras actividades enmarcadas al empoderamiento y resiliencia de las mujeres damnificadas de todas las edades , también se contempla un libro que saldrá publicado a finales del año, el cual está dedicado a las abuelas zapotecas de Ixtaltepec.
“Nuestra intención es ser resilentes con las mujeres, con ellas, las que muchas veces se nos olvida que también tienen miedo, que lloran y que necesitan apoyos, las vemos fuertes pero necesitan curar el alma, por eso implementamos este taller y otros más además de sembrar conciencia del cuidado ambiental”.
Por último agregó que esta agrupación nació con los sismos de septiembre del 2017 para reconstruirse tanto espiritualmente como económicamente, una de sus finalidades es que las mujeres participen en talleres de oficios tradicionales y que sea una fuente de ingreso económico de por vida.
“El sismo del 23 de septiembre parece olvidado para las autoridades, pero no así para los damnificados, nosotros seguimos en el proceso de reconstrucción, sin apoyo de gobierno, lo hacemos solas y fortalecidas”, concluyó.