La obesidad aumenta en 1.43 el riesgo de severidad por Covid; la diabetes, 1.87 y la hipertensión, 1.77, asegura el especialista Simón Barquera.
En los tiempos de la pandemia de Covid-19, el problema de obesidad y enfermedades crónicas aumenta el riesgo de severidad, y México es de los países que más lo está padeciendo, señaló el doctor Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
En un estudio publicado en el journal Obesity, uno de los mejores del mundo, se asegura que la obesidad aumenta en 1.43 el riesgo de severidad por Covid; la diabetes, 1.87 y la hipertensión, 1.77, citó el especialista.
“Es decir, hemos podido constatar con números que la severidad aumenta con estas enfermedades crónicas”.
“Son una espada, de doble filo, tenemos los daños que ya producen, las muertes que ya producen todos los años y, además, aumentan y complican el riesgo de severidad por Covid”.
Sin embargo, Barquera dijo en entrevista con Aristegui en Vivo que no basta con educación para combatir la obesidad y el consumo de comida chatarra, sino que la población debería salir a la calle y poder tener opciones saludables.
Si no existe esa estructura, no importa cuánto se haga para mejorar la alimentación en la población, señaló Barquera.
Es un problema muy importante no sólo en México y en Estados Unidos.
“Lo están viviendo todos los países del mundo y todos están tomando acciones, por ejemplo, el Reino Unido está viendo la forma de suspender todos los anuncios de comida chatarra en estos tiempos de pandemia, porque saben que este tipo de productos aumenta la probabilidad de tener severidad por Covid”.
Sistema distorsionado
En conferencia de prensa durante su gira por Oaxaca, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que el Covid-19 ha cobrado la vida de muchos mexicanos porque padecían enfermedades crónicas, como la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Además, lamentó que Estados Unidos y México ocuparan los primeros lugares en obesidad, con los riesgos que implica.
Para Barquera, no es una casualidad que México y Estados Unidos sean de los principales países con este problema, porque ambos tienen un sistema alimentario muy distorsionado, donde la gente ha dejado de alimentarse con productos naturales.
“Los ha reemplazado por productos ultraprocesados, a los que llamamos chatarra, que son muy ricos en azúcar, grasa y sal, que se anuncian de una manera muy agresiva a niños; entonces, hacen que los niños los prefieran”.
Además, esos productos han logrado ser la elección más fácil para la población, de tal manera que si quiere tomar agua o alimentos frescos y naturales o saludables, le es más difícil hacerlo que consumir los productos chatarra.
“Esto es una distorsión que se tiene que corregir con políticas, con regulación y con una serie de acciones de gobernanza que modifiquen el entorno y, entonces, ya permitan que las elecciones individuales sean más saludables”.
Barquera celebró que en México se trabaje desde años atrás en un sistema de etiquetado frontal de advertencia, que puede ayudar al consumidor a tomar elecciones más saludables.
“Este etiquetado va a entrar en vigor, en su primera etapa, en octubre y eso va a ayudar mucho a la gente, porque no es prohibir ni satanizar, pero le va a permitir saber que hay productos que no son saludables y que no los deben estar consumiendo en estos tiempos de pandemia por Covid y por enfermedades crónicas”.
Además de eso, dijo, hay un grupo llamado Gisamac, Grupo Intersectorial para la Salud, Alimentación, Medioambiente y Competitividad, que ha formado una serie de agencias en el país, incluidas Medioambiente, SEP, Agricultura, Salud, Economía y DIF, entre otras.
“Estas agencias están haciendo mensajes coordinados para mejorar en estos casos de pandemia las recomendaciones, y el único objetivo que tiene es equilibrar la industria de la comida chatarra, está haciendo también campañas muy agresivas en el mercado, muchas de ellas dirigidas a niños”, explicó.
Se requiere un esfuerzo, por lo menos, para equilibrar y que la población tenga información que le permita evitar el aumento en el consumo de estos productos chatarra.
“En estos tiempos, eso sería lo que no queremos, y que ningún país quiere para sus habitantes”, concluyó.