El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha atacado este miércoles a la Unión Europea por los altos precios de la energía y se ha mostrado desafiante y contrario a ampliar las sanciones energéticas contra Rusia por su invasión de Ucrania. Para el primer ministro húngaro, Bruselas debe suspender los mecanismos de pago por emisiones de dióxido de carbono, una herramienta para luchar contra el cambio climático y el calentamiento global. En una rueda de prensa en Budapest, el ultraderechista ha revelado que ha pedido al presidente ruso, Vladímir Putin, un alto el fuego en Ucrania y le ha ofrecido Hungría como escenario para unas negociaciones de paz.
Satisfecho tras su rotunda victoria electoral del pasado domingo, Orbán ha reivindicado este miércoles su ideología ultraderechista y nacionalpopulista, un día después de que la Comisión Europea anunciara su intención de activar el llamado mecanismo de condicionalidad para sancionar a Budapest por violar los valores básicos de la UE. “Un partido que cree en los Estados nación ha salido reforzado de las elecciones”, ha afirmado. “Creemos que esta idea va a tener un renacimiento a lo largo y ancho de Europa”, ha asegurado. No obstante, el líder populista también ha indicado que continúa viendo el futuro de Hungría dentro de la Unión Europea y la OTAN.
El primer ministro húngaro, tradicional aliado de Putin dentro de la Unión Europea, ha explicado que Hungría no tendría ningún problema en pagar por el gas ruso en rublos, tal y como ha exigido el líder ruso y como han rechazado tanto el G-7 como la inmensa mayoría de países europeos. En cualquier caso, se ha mostrado contrario a establecer nuevas sanciones económicas contra el gas o el petróleo rusos. En su lugar, ha abogado por eliminar las tasas a las emisiones de dióxido de carbono. “Si la UE no puede controlar las subidas de precios de la energía, puede que necesitemos un impuesto sobre el viento”, ha ironizado el populista.
El líder ultranacionalista ha señalado que ha hablado este miércoles con Putin —en una llamada realizada por el propio líder ruso— y le ha pedido un alto el fuego inmediato en Ucrania. Además, ha ofrecido su país como sede para unas conversaciones directas entre Putin, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
Según Orbán, Putin ha reaccionado de forma “positiva” a la invitación. “La respuesta fue positiva, pero el presidente ruso ha dicho que tiene sus condiciones. Yo no puedo negociar para cumplir esas condiciones, deben ser él y el presidente ucranio quienes se pongan de acuerdo en ellas”, ha apuntado.
El pasado domingo, Orbán ganó sus quintas elecciones en Hungría —las cuartas de forma consecutiva— y, tras ello, lanzó mensajes contra las instituciones europeas y sus valores fundacionales. “Hemos tenido una gran victoria. Tan grande que se puede ver desde la luna, y desde luego, desde Bruselas”, proclamó el ultraconservador, de 58 años. En el mismo mensaje a sus seguidores dio un repaso a los que considera sus adversarios en este momento: “Recordaremos esta victoria hasta el final de nuestras vidas porque tuvimos que luchar contra una gran cantidad de oponentes: la izquierda local, la izquierda internacional, los burócratas de Bruselas, todo el dinero y las instituciones del imperio de Soros, los principales medios de comunicación internacionales y el presidente ucraniano también”.
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