El primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, parecía encaminado a una cuarta victoria consecutiva en las elecciones del domingo, ya que los votantes respaldaron su ambición de un Estado conservador y “antiliberal” y pasaron por alto la preocupación por los estrechos vínculos de Budapest con Moscú.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero parecía haber hecho flaquear la campaña de Orban en las últimas semanas, obligándole a realizar incómodas maniobras para explicar sus relaciones comerciales con el presidente Vladimir Putin desde hace una década.
Sin embargo, ha montado una exitosa campaña para persuadir al núcleo del electorado de su partido, el Fidesz, de que la alianza de seis partidos de la oposición de Peter Marki-Zay, que promete reparar los lazos con la Unión Europea, podría llevar al país a la guerra, una acusación que la oposición niega.
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Rodeado de los principales miembros del partido, un triunfante Orban, de 58 años, dijo que la victoria del domingo se produjo contra todo pronóstico.
Hemos conseguido una victoria tan grande, que se puede ver incluso desde la Luna (…) Hemos defendido la soberanía y la libertad de Hungría.
Los resultados preliminares, con el 91% de los votos de la lista nacional de partidos escrutados, mostraban al partido Fidesz de Orban en cabeza con el 53.5% de los votos, frente al 34.6% de la alianza opositora de Marki-Zay. El Fidesz también iba por delante en 88 de las 106 circunscripciones uninominales.
Basándose en los resultados parciales actuales, la Oficina Electoral Nacional dijo que Fidesz tendría 135 escaños, una mayoría de dos tercios, y la alianza de la oposición tendría 56 escaños. Un partido de extrema derecha llamado Nuestra Patria también entraría en el Parlamento, superando el umbral del 5%.
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Su cómoda victoria podría dar confianza a Orban, de 58 años, en su programa político que, según los críticos, supone una subversión de las normas democráticas, la libertad de los medios de comunicación y los derechos de las minorías, en particular de los gays y las lesbianas.
Al admitir la derrota, Marki-Zay, de 49 años, dijo que la victoria de Fidesz se debía a lo que denominó su vasto aparato de propaganda, incluido el dominio de los medios de comunicación.
No quiero ocultar mi decepción, mi tristeza (…) Sabíamos que sería un campo de juego desigual (…) Admitimos que Fidesz obtuvo una enorme mayoría de los votos. Pero seguimos discutiendo si estas elecciones fueron democráticas y libres.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envió una misión de supervisión electoral a gran escala para la votación, la segunda de este tipo en un Estado miembro de la Unión Europea.
Así reaccionó un opositor a la victoria de Orban.
Reporte de Krisztina Than en Reuters; reporte adicional de Anita Komuves y Gergely Szakacs. Editado en español por Javier López de Lérida.
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