La tasa de suicidio en México es de 6.2 por cada 100 mil personas. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020, del total de fallecimientos en el país (un millón 069 mil 301), siete mil 818 fueron por lesiones autoinfligidas.
El INEGI detalla que las entidades donde se tiene mayor presencia de muertes por suicidio son: Chihuahua, Aguascalientes y Yucatán.
Para atender esta situación, Paulina Arenas Langrave, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, presentó un nuevo modelo para fortalecer el trabajo de profesionales de salud para asistir a aquellas personas que presenten algún riesgo de morir por esta circunstancia.
Órdenes de Riesgo de Suicidio (ORS), el modelo propuesto por Arenas Langrave, identifica cuatro niveles en los que se puede asistir a la persona y plantea acciones concretas dependiendo del papel que se tiene al momento de asistir a alguien; es decir, ser padre, amigo, profesor, brigadista, personal de salud, etcétera.
De acuerdo con un boletín de la UNAM, Arenas Langrave asegura que ofrecer primeros auxilios psicológicos es pieza clave. Por ejemplo, preguntar cómo se siente; después, escuchar con atención y finalmente mostrar empatía o interés ante el dolor que sufre la persona; evitar dar opiniones personales, juicios, sermones, regaños o críticas.
Es mejor verlos a los ojos e identificar si tiene dolor emocional, porque esto nos ayudará a tener un abordaje humano y colaborativo.
La académica destacó que gran parte de las muertes por suicidio se pueden evitar si se conoce el tratamiento indicado para que el individuo reflexioné para percatarse que vale la pena vivir, por lo que el modelo que desarrolló busca auxiliar el trabajo de personal capacitado con apoyo comunitario.
#BoletínUNAM Los suicidios pueden ser prevenibles > https://t.co/zHxoUEE1bn #UNAM100AñosDeMuralismo pic.twitter.com/dLIvVkf1hU
— Sala de Prensa UNAM (@SalaPrensaUNAM) April 6, 2022
Leer más | ‘Este es el resultado del bullying’: madre tras suicidio de su hijo en EU | Video
La doctora en Psicología enfatizó que el suicidio no es una enfermedad y, por lo tanto, no se le puede patologizar, razón por la cual a partir de la clínica se debe pensar en enseñarle al individuo conductas alternativas para que tenga mayor capacidad de adaptación a los ambientes en los que vive.