El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que es un orgullo que Perú haya declarado al embajador mexicano Pablo Monroy Conesa como persona no grata, al tiempo que reiteró su apoyo al exmandatario de la región andina, Pablo Castillo.
“Es un timbre de orgullo que se le declare a nuestro embajador persona no grata por estar cumpliendo la misión de salvar vidas y de hacer valer nuestra política exterior”, sostuvo durante la conferencia de prensa matutina de este viernes.
AMLO calificó los actos del embajador como “gestos patrióticos” y reiteró su apoyo a los familiares del expresidente peruano.
“No están solos. Ese es el mensaje para el presidente Castillo y para todos los ciudadanos del Perú”, declaró.
A su vez, el embajador Pablo Monroy recalcó que el asilo político forma parte de una “larga tradición” mexicana, la cual calificó como una de las “más humanistas”, “pacíficas y nobles”, ante la protección que otorgó México a la familia de Castillo y la disposición de otorgarle la medida al exmandatario.
“Defender el derecho de toda persona de buscar y recibir asilo para mí es una prioridad”, apuntó, al tiempo que sostuvo que en la nación mexicana “nadie es culpable hasta que no se demuestre”.
“Es muy importante proteger a estas personas, sobre todo cuando México considera como sagrado el principio de presunción de inocencia”, afirmó.
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Señaló que existen preocupaciones sobre posibles violaciones a derechos humanos en la región andina, así como por los procesos judiciales que se siguen en el país, ante dudas de si se siguieron los procedimientos que marcan las leyes.
Monroy informó que alrededor de 500 turistas y residentes mexicanos se encontraban en Perú, de los cuales más de la mitad en Cuzco. Detalló que se les entregó apoyos ya que se vieron afectados por la suspensión de vuelos y por el cierre de aeropuertos y carreteras.
De acuerdo con el funcionario, más del 90% de ellos ha podido regresar a México o se encuentra en Lima y próximamente viajarán de regreso.
Esta semana, Perú declaró como persona non grata al embajador mexicano que se encontraba en dicho país, Pablo Monroy, y le dio 72 horas para que abandone la nación andina ante la constante “injerencia” en los asuntos internos del país, anunció la ministra de Relaciones Exteriores, Ana Gervasi.
Esto después de que las tensiones entre México y el gobierno peruano se hayan elevado tras las declaraciones de López Obrador, así como por el arribo de los familiares de Castillo al país.
AMLO ha criticado en diversas ocasiones el nuevo gobierno de Dina Boluarte y ha reiterado su posición de ofrecer asilo político al exmandatario peruano. Igualmente, ha asegurado que elecciones generales en Perú resolverían la crisis política en el país.
Esto ha generado respuestas de rechazo por parte de los funcionarios peruanos. El primer ministro andino, Alberto Otárola, pidió este miércoles al presidente mexicano “pare de referirse a Perú” y lamentó que “un país hermano” con el que ha tenido “vínculos históricos y culturales a lo largo de muchos años” haya llegado a un estado que calificó de “lamentable”.
Castillo, quien se encuentra en prisión preventiva mientras es investigado por supuesta rebelión y conspiración -delitos que él niega-, fue destituido y arrestado el 7 de diciembre tras intentar de forma ilegal disolver el Congreso y reorganizar el sistema judicial.
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