Origen y significado de la expresión

La expresión ‘pelar la pava’ está directamente relacionada a dos jóvenes enamorados y sus amoríos a través de una ventana.

Esto es lo que afirma la mayoría de lingüistas e historiadores que han investigado sobre esta expresión. No se han encontrado referencias a ninguna fecha en concreto, pero se estima que muy probablemente haya nacido en Andalucía, hacia finales del siglo XIX o principios del XX.

El origen de ‘Pelar la pava’

Existen dos versiones sobre el origen y el motivo exacto que originó la expresión ‘pelar la pava’.

La mayoría de las fuentes coinciden en indicar que  comenzó cuando, en cierta ocasión, una señora ordenó a una criada que tenía a su servicio que fuese a desplumar una pava para así, más tarde, cocinarla.

La criada se sentó junto a la ventana enrejada de la cocina que daba a la calle y empezó a desplumar el ave. En ese momento apareció por allí el joven que la pretendía, y ambos comenzaron una conversación.

Fue entonces cuando la señora de la casa gritó preguntando desde otra habitación por qué tardaba tanto y la muchacha respondió: “Ya voy señora, estoy pelando la pava”.

Según el periodista Nestor Luján, los protagonistas de esta historia singular fueron una madre y su hija, pero para el cronista Luis Montoto se trataba de una señora y su criada, tal cual cuenta la leyenda popular.

Existen aquellos que creen que ‘pelar la pava’ es para aquellas personas que no hacen nada, que están ociosos, sin ganas de trabajar.  Pero su significado es muy diferente. Cuando se pela la pava no existe intención de perder el tiempo, sino de aprovechar esta tarea que no requiere de gran concentración para, al mismo tiempo, hacer otra cosa.

Según se cuenta, en los viejos tiempos había criadas que trabajaban en las casas señoriales y dichas criadas tenían, entre otras tantas tareas asignadas, la de ir a la cocina y pelar una pava para dar de comer a toda la familia.

Las cocinas de las casas de la época eran muy similares entre sí, tenían sus ventanas dando a la calle para poder airear todos los ambientes y se convertían en el balcón ideal para los enamorados, que esperaban en la calle una brevísima oportunidad de cruzar unas palabras con la muchacha.

Por eso, la expresión ‘pelar la pava’ se asocia a la actitud que tenían las criadas de realizar muy lentamente este proceso, para así tener más tiempo de conversar con su prometido.


Source link