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Óscar perdió el pie tras un asalto, pero eso no le ha impedido salir adelante

Hace cinco años una bala cambió para siempre la vida de Óscar Estrada, un albañil de profesión originario de Morelos. Durante un asalto, a pesar de no poner resistencia, le dieron un balazo en el pie.

Por: Héctor Raúl González

Hace cinco años una bala cambió para siempre la vida de Óscar Estrada: durante un salto, a pesar de no poner resistencia, un grupo de delincuentes disparó armas de grueso calibre en contra de los trabajadores de una construcción en Temixco.

Óscar recibió un balazo en un pie. El resto de sus compañeros también resultaron heridos, pero la de él fue la herida más grave.

Mi trabajo, mi oficio, era la albañilería. Un sábado trabajando pues llegan a la obra y asaltan la obra y se les da el dinero y no sé qué pasó, las personas que lo asaltaron a pesar de que se llevaron el dinero ellos atentaron contra nuestra persona.

FOTO: Héctor Raúl González

“Nos disparan y ahí fue donde yo perdí el pie porque me dieron con un proyectil de arma AR-15, me volaron el pie en el momento y tardé yo dos años por mi operación, que fue expuesta, en recuperación para poder moverme”, contó.

En ese entonces los hijos de Óscar tenían cinco y seis años de edad.

A pesar de su condición trató de recuperar su empleo como albañil.

Debido a mi situación es difícil conseguir un empleo de lo que yo me dedicaba o hacerlo porque la misma gente, aunque uno se siente capaz de hacer algo, porque incluso yo lo hice, trabajé algunos días así sin pie, de albañil, pero la misma sociedad luego pues dice ‘te vayas a lastimar’ o algo, como que te orilla a limitarte y pues yo busqué otra opción”, recuerda.

Como padre soltero, asegura, sabía que no podía venirse abajo ni dejar que la depresión lo venciera, por lo que decidió invertir el poco dinero que tenía en comprar dulces para vender en la calle.

Desde hace tres años Óscar instala a diario un pequeño puesto en un crucero de la carretera federal Cuernavaca-Cuautla, en la Colonia Progreso de Jiutepec, a unas dos cuadras de su casa.

“Con el impulso de una señora que también me dijo ‘que no te dé pena, tú hazlo para sacar adelante a tus hijos’ yo me puse a vender botanitas y gracias a Dios ahí vamos saliendo adelante con mucho apoyo de la gente”, expresa.

Cinco años después del ataque, Óscar se siente orgulloso de sus hijos, quienes a pesar de la tragedia que su familia vivió y ahora también a pesar de la pandemia de Covid-19, continúan sus estudios con muy buenas calificaciones.

FOTO: Héctor Raúl González

Mi motor son mis hijos, mi madrecita que me dio la vida y pues seguir la vida, es muy bonita la vida, hay que aprovecharla y luchar, lo que uno quiere y no hay límites, queriendo uno todo lo puede salir adelante y mis niños han sido mi motor para sacarlos adelante y darles lo que esté a mi alcance, porque como está viendo no somos de muchos recursos, pero yo con que ellos me estudien y me sigan adelante con los estudios, siendo buenos niños, es mi agradecimiento.

“Mi deseo es que ellos sean unos profesionistas y salgan adelante sin que nada los detenga. En la escuela pues no llevan dices, pero sí nueves, los niños ahí van y es un orgullo porque me salieron buenos niños y asimilaron la situación y me apoyan, me apoyan porque si yo veo que ellos son contentos, son felices, yo soy feliz y me dan fuerzas para salir adelante”, asegura.

La historia de Óscar fue compartida hace unos días a través de redes sociales.

Ana Laura Córdova Cárdenas, maestra del INEA y comerciante, publicó en su cuenta de Facebook la historia de Óscar.

Derivado de ello, habitantes de Morelos se han acercado a Óscar para entregarle dulces y otros productos para que los pueda vender.

“A este señor lo hemos visto casi más de tres, cuatro años que está ahí trabajando, siempre lo vemos en el camellón vendiendo sus productos, con sus dos niños, la verdad que sus niños siempre los tiene limpios, los tiene bien cuidados, entonces a nosotros nos gusta mucho hacer ese tipo de ayuda para que más gente se sume y podamos aportar un poquito.

“Para nosotros es un gran ejemplo de vida, porque es una persona que nunca se ha dejado caer, ha estado de pie, al pie del cañón, con sus hijos y los ha sacado adelante pese a que ha tenido situaciones muy precarias para poderlo hacer”, dijo.

FOTO: Héctor Raúl González

Amado Landa Cruz, una de las personas que ha ofrecido ayuda a Óscar y a sus hijos, asegura que esa labor es una forma de devolverle a la vida lo que a él le ha dado.

“Tenía tiempo tratando de platicar con él y la semana pasada se dio la oportunidad de que traía el tiempo suficiente para platicar, me contó su historia, me contó cómo perdió su pierna, cómo batalla cada día para trabajar, para darle sustento a sus hijos y me pareció una historia motivacional, creo que muchas personas nos quejamos de lo que nos pueda pasar en la vida y él es un verdadero ejemplo de que no importa las veces que la vida te tira, lo importante son las veces que tú te levantas.

“Creo que es importante devolverle a la vida lo que nos da, somos muy afortunados porque tenemos un techo, tenemos comida, tenemos salud y creo que es una obligación compartir y ayudar a las personas que no tienen la misma fortuna que nosotros”, dijo.

Con lo que gana con la venta de dulces, botanas y ahora de pequeñas plantas, Óscar paga la renta de la casa donde vive, la comida, los servicios y le paga a dos maestras que le ayudan a sus hijos a estudiar.

“Hay unas muchachas que gracias a Dios me apoyan y yo sé que pues es una gran ayuda y me siento comprometido y les agradezco, con poco, no es mucho, yo sé que no es mucho, pero les doy monetariamente también algo porque les dan clases, me ayudan con el internet, computadoras, porque yo no tengo internet, tengo teléfono, pero computadora no tengo y se requiere mucho eso y ellas han sido las que me han ayudado con ese aspecto  de la escuela de mis niños.

FOTO: Héctor Raúl González

Y es lo que les digo a mis hijos, aprovechen, hay que salir adelante, que nada nos detenga, ahora sí hay que ser fuertes, porque hay gente que le agrada y lo ve bien (que venda en el crucero), pero también hay que soportar burlas y humillaciones, gente que te ofende verbalmente o cosas así y hay que ir asimilando y luchando para sacar todo eso y salir adelante”, expresa.

A pesar de ser una víctima de la violencia en Morelos, ninguna autoridad ha ofrecido ayuda a Óscar ni a sus hijos, quienes en algunas ocasiones deben estar en el crucero con él porque no hay quien le ayude a cuidarlos.

Y así, mientras él vende sus botanas y plantitas, sus hijos hacen tarea y estudian.

“A la gente que me ha estado apoyando, que hay muchísima gente que ya me conoce y seguido pasa y me apoya, pues de corazón y de parte de mis hijos muchísimas gracias, la verdad su ayuda, ahí está en mis niños reflejado que pues siguen estudiando y siguen adelante, que Dios los bendiga mucho y les dé más y aquí estamos cuando gusten una botanita”.




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