Un habitante de Huexca agradeció el arribo de los otomíes y destacó que unificando luchas es como los pueblos tomarán fuerza para echar abajo los megaproyectos que trata de imponer el Estado.
Por Estrella Pedroza
Pueblos Otomíes protestaron en la termoeléctrica de Huexca en solidaridad a los pueblos de Morelos, Puebla y Tlaxcala, que exigen la cancelación de los megaproyectos en el país y la dignificación a las comunidades indígenas.
La mañana de este sábado una comisión de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México que mantiene tomada las instalaciones del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), arribó a la comunidad de Huexca, situada en el municipio de Yecapixtla, para ofrecer su respaldo a los pueblos en resistencia al Proyecto Integral Morelos (PIM), que consta de un gasoducto, que inicia en Tlaxcala, cruza por Puebla y llega a Morelos donde conecta a la termoeléctrica y a su vez entronca con un acueducto que surtirá de agua del Río Cuautla para su funcionamiento-.
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Los otomíes fueron recibidos por integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Tlaxcala y Puebla (FPDTyAMTP) en el plantón de la resistencia– instalado desde el 12 de diciembre frente a la entrada principal a la planta de ciclo combinado-.
Diego García, representante de las comunidades otomíes (que provienen de Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Veracruz y Estado de México), informó que su presencia en Morelos es para unificar luchas.
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Teresa Castellanos, habitante de Huexca, agradeció la presencia de los pueblos otomíes y destacó que unificando luchas es como los pueblos tomarán fuerza para echar abajo los megaproyectos que el Estado pretende imponer a lo largo del territorio mexicano.
Durante la protesta realizaron pintas en la puerta que da acceso a la planta de ciclo combinado, en la que se podía leer:
“Fuera termo”, “Resistencia !Zapata Vive! y Si a la vida” y “EZLN”.
Desde el arribo del contingente, durante la protesta y hasta su partida, una patrulla de la policía municipal de Yecapixtla estuvo videograbando a los manifestantes, situación que fue considerada por los inconformes como una acción de hostigamiento.