Como era de esperar por la evolución del conjunto de la compañía durante el año pasado, en el que las ventas retrocedieron un 28% hasta 20.402 millones de euros todas las marcas que componen la oferta de Inditex registraron caídas en sus ventas y en sus rentabilidades, aunque una de ellas consiguió minimizar los efectos de la pandemia.
Fue el caso de Oysho, enseña cuya oferta tiene un carácter más marcadamente doméstico que otras de sus hermanas, además de una oferta de prendas deportivas, muy solicitadas durante el conocimiento estricto que aconteció entre marzo y mayo del año pasado. Sus ventas fueron de 522 millones de euros, un 13,6% menos que los 604 millones que facturó en el ejercicio 2019. Ese retroceso está muy por debajo del que experimentó Inditex en su conjunto, ese referido 28%, y aún más lejos que las caídas que experimentaron otras marcas del grupo. Es el caso de Massimo Dutti, cuyas ventas mermaron un 37% hasta 1.197 millones, o el de Uterqüe, con un 35% menos hasta 75 millones. Se da la circunstancia de que estas dos tienen un posicionamiento de precios algo más elevado que las demás, sobre todo en el caso de Uterqüe.
Otras como Zara, incluida Zara Home, Pull & Bear, Bershka o Stradivarius, estuvieron en la línea de la caída global de Inditex, en el entorno del 28%.
Pero además de sufrir el menor retroceso de ventas de las distintas enseñas del grupo, Oysho también tuvo el menor retroceso en el beneficio antes de impuestos. Este fue de 43 millones, un 38,5% menos, frente a l 70% del conjunto de la compañía. La que sufrió un mayor retroceso en esta variable fue Uterqüe, que perdió el 88% de su rentabilidad cayendo hasta el millón de euros, seguida por Massimo Dutti, que lo hizo en un 78%.
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