RAMALA, Cisjordania — Miles de palestinos protestaron el martes en Cisjordania por el reciente anuncio del gobierno de Estados Unidos de que ya no considera que los asentamientos israelíes en el territorio estén violando el derecho internacional.
Alrededor de 2,000 personas concentradas en Ramala al mediodía quemaron carteles con el retrato del presidente estadounidense Donald Trump, así como banderas de Israel y Estados Unidos.
Las manifestaciones organizadas por Fatah protestaban por el anuncio del gobierno de Trump sobre los asentamientos, que pusieron patas arriba cuatro décadas de política estadounidense al adoptar la posición de los israelíes intransigentes a expensas de la aspiración palestina de crear un estado propio.
Escuelas, universidades y oficinas del gobierno estaban cerradas y se realizaban marchas en todo el territorio ocupado. Éstas preveían trasladarse desde los centros de las ciudades a los retenes israelíes.
“La tendenciosa política estadounidense favorable a Israel y el apoyo estadounidense a los asentamientos y la ocupación israelí no nos dejan otra alternativa que volver a la resistencia”, dijo Mahmud Aloul, un funcionario del movimiento Fatah, en un discurso.
Los manifestantes portaban carteles con las leyendas, “Trump a juicio político, (el primer ministro israelí Benjamin) Netanyahu a la cárcel. Se irá la ocupación y nosotros permaneceremos en nuestra tierra”.
Se prevé que el llamado “Día de la ira” finalizará con enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes.
El gobierno israelí elogió la decisión de Washington, en tanto los palestinos y la mayor parte del mundo sostienen que los asentamientos con contrarios a la solución de dos estados.
Israel dice que la suerte de los asentamientos debe ser resuelta mediante negociaciones, pero no deja de ampliarlos constantemente.
Israel se apoderó de Cisjordania y Jerusalén oriental en la guerra de Medio Oriente de 1967 y empezó a colonizar el territorio rápidamente.
Unos 700,000 colonos israelíes viven en esas dos zonas, que los palestinos reclaman para su estado.
Horas antes, un preso palestino murió de cáncer en una cárcel israelí. Los organizadores habían convocado a la protesta antes de su muerte para reclamar su libertad y que pudiera fallecer en el seno de su familia.
Las autoridades israelíes denegaron el pedido.
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