La relación entre Enrique Ponce y Ana Soria va viento en popa. La pareja está disfrutando al máximo de su amor y además de haber pasado unos días de vacaciones junta, Ana no se separa de su novio en estos momentos en los que ha regresado a los ruedos. Hace unos días, la almeriense fue testigo de la cogida que sufrió el diestro durante una corrida en el Puerto de Santa María y aunque, por fortuna, todo quedó en un susto, el de Chiva se ha visto obligado a cancelar su participación en El Espinar, lo que ha generado algunas críticas.
Al margen de esto, entre Ponce y su joven novia, las cosas avanzan a un ritmo casi vertiginoso. Tal como han confirmado varios medios, la pareja tiene pensado trasladarse a Madrid en el mes de septiembre a una casa que el diestro se está construyendo en la exclusiva urbanización de La Finca. Pero esto no es todo, sino que que podría contraer matrimonio de cara a la primavera o el verano. Toda una sorpresa, ya que aún no se tiene noticia de que se hayan iniciado los trámites del divorcio entre Paloma Cuevas y el maestro de Chiva. A esto hay que sumar que Ponce querría casarse por la iglesia con Ana, para lo cual necesitaría obtener la nulidad eclesiástica de su todavía mujer, lo que alargaría y dificultaría el proceso.
Desde que se confirmase la relación entre el diestro y la estudiante de Derecho, Paloma Cuevas no se ha querido pronunciar al respecto. Fuentes cercanas a ella aseguran que se encuentra abrumada y que mantiene una comunicación diaria con Ponce, al que incluso llama antes de cada corrida y se interesa por su estado.
Sin embargo, en “Socialité” han conseguido hablar con la todavía esposa del torero. Paloma ha atendido al teléfono mientras conducía y a pesar de que en las últimas semanas no ha querido contestar a las preguntas de los medios, esta vez ha respondido porque pensaba que llamaba otra persona. La hija de Victoriano Valencia no ha querido decir si se encontraba bien o no y tampoco ha querido entrar en detalles sobre la situación. Lo que ha llamado mucho la atención es que Paloma mantiene como todo de espera a quienes la llaman una canción que quizás podría interpretarse como un mensaje a Enrique Ponce y que empieza con estas palabras: “me llaman loco”.
Durante la emisión del programa ha intervenido Jesús Manuel, quien ha asegurado que Paloma se encuentra abrumada y ha confirmado que lo más probable es que Ponce y Ana Soria se muden a La Finca mientras que ella permanezca en el centro de la capital.