En Nochebuena, Pamela Anderson se casaba en secreto y por sorpresa con quien había sido su guardaespaldas, Dan Hayhurst. El amor entre ambos surgió durante la pandemia y se concretó en una boda, la quinta para la actriz de 53 años, celebrada en el patio de su casa de la isla de Vancouver (situada frente a la ciudad de Canadá).
Ahora, Anderson ha decidido cambiar de vida y dejar atrás la ajetreada California. Tras años de rodajes, de viajes por el mundo y de llevar una existencia movida, ha decidido marcharse a Vancouver, su ciudad natal. Para ello, ha puesto en el mercado la mansión que posee en la muy cotizada Malibú, diseñada por Philip Vertoch. Por ella pide 14,9 millones de dólares; es decir, 12,5 millones de euros.
El lugar es idílico y, como recoge la revista People, la vivienda está construida en una parcela de casi 600 metros cuadrados y tiene construidos 510. Tiene cuatro habitaciones, cuatro baños, un aseo y acceso directo a la playa. Según la publicación Anderson compró la parcela, que originalmente albergaba una laguna, en el año 2000 por 1,8 millones de euros y después instaló allí un hogar para ella y sus dos hijos. “Me llevó 10 años construirla, invertí en ella ocho millones de dólares (6,7 millones de euros)”, dijo la intérprete al diario The Wall Street Journal.
Entre otras comodidades, la casa tiene una amplia zona al aire libre para tomar el sol y comer, así como una gran terraza en la planta superior, o una cocina con chimenea que se abre a la piscina. El exterior de la casa está marcada por una gran escalera de caracol en madera y cristal que lleva hasta la habitación principal, la de la actriz, que tiene una pequeña terraza privada, además de bañera y sauna. El lugar tiene además una casa de invitados con una habitación, y se han instalado paneles solares.
Todo la casa está decorada en blanco y en ella tiene especial presencia la madera de teka que la actriz, activista ecológica, importó de Birmania para que fuera 100% sostenible. “He debido gastar alrededor de un millón de euros en materiales de revestimiento, no me gusta el naranja, así que lo teñimos y le dimos cera para que el acabado sea más claro”, explicó
El agente inmobiliario Tomer Fridman, que ha sacado la casa a la venta, ha explicado en unas declaraciones a People que el mercado inmobiliario de Malibú “se ha convertido en el destino elegido por las fortunas de todo el país”. En la web de su agencia es fácil encontrar en esa misma zona parcelas vacías al lado del mar que sobrepasan los 24 millones de dólares y también mansiones inmensas que superan los 100 millones de dólares. “En concreto, la colonia de Malibú es uno de los enclaves más importantes de Los Ángeles desde aquel glamur del Hollywood de los años veinte″.
Pamela Anderson y su marido ya se han mudado a un rancho en la isla canadiense que pertenecía a la fallecida abuela de la intérprete, donde ha dicho que quiere “volver a las raíces”. “Estoy creando una vida aquí, donde todo empezó. Ha sido un paseo salvaje, es momento de cerrar el círculo”, ha declarado Anderson.
La intérprete de Los vigilantes de la playa compró este lugar hace 30 años y es ahora cuando ha decidido invertir en él, como recoge Bloomberg. “Me he pasado el último año aquí con renovaciones, paisajismo, creando jardines para que podamos vivir de manera sostenible. Un invernadero, una rueda de alfarero, recoger pepinillos y remolacha”. La nueva vida ranchera y enamorada de una actriz decidida a encontrar la tranquilidad después de años de polémicas.