El Papa Francisco nombró a un juez jubilado de Quebec, Canadá, para investigar las denuncias que acusan de conducta sexual inapropiada al cardenal Gérald Cyprien Lacroix que desde el año pasado, es uno de los nueve miembros del Consejo de Cardenales creado por Francisco para ayudarle en el gobierno de la Iglesia.
Según informó la radio canadiense Ici Quebec, si de esas indagaciones el magistrado concluye que los hechos son plausibles la investigación podría conducir a un juicio canónico.
El juicio canónico es un proceso en el que se aplican sanciones “espirituales” a sacerdotes culpables de de delitos que violan las leyes clericales.
Los hechos de los que se acusa al cardenal Lacroix habrían tenido lugar entre 1987 y 1988 en la ciudad de la provincia francoparlante de Canadá. La presunta víctima menor de edad, de 17 años en ese entonces, denunció como parte de una demanda colectiva enviada a la diócesis de Quebec.
Tras la repercusión mediática de las acusaciones en su contra, el cardenal Lacroix anunció el 26 de enero que dejaba temporalmente el cargo de arzobispo de Quebec hasta que se aclare la situación.
El juez designado André Denis deberá determinar ahora si los hechos denunciados son suficientemente creíbles e imputables al cardenal como para justificar un juicio canónico. Se trata de una investigación preliminar en la que no se espera que haya una sentencia sobre la culpabilidad o la inocencia del cardenal canadiense, sino de una investigación “sobre la verosimilitud o no de los hechos“, según describió Denis en una carta fechada el 19 de febrero y dirigida a los abogados de las dos partes.
El juez intentó reunirse con la víctima, según informó Ici Quebec, pero esta se negó de momento.
“Me propongo hace mi trabajo respetando a las personas y garantizando al mismo tiempo la confidencialidad de los comentarios que puedan hacerme. Por eso no deseo hacer más comentarios públicos“, afirmó el magistrado Denis en un correo electrónico enviado a la corporación de radiotelevisión púbica de Canadá.
Además, la diócesis de Quebec se ha puesto a disposición del juez y ha informado que iba a colaborar con la justicia en todo lo que requiera en un comunicado de prensa publicado este lunes por la tarde. Sin embargo, dejó claro que no intervendrá en la investigación, presentándose como parte, ni tampoco en sus conclusiones.
“No haremos más comentarios sobre este proceso, que se desarrolla sin ninguna intervención por nuestra parte”, declaró la diócesis de Quebec.
La pena más grave para un miembro del clero tras un juicio canónico es la destitución del estado clerical. En 2019, Francisco impuso esta pena al excardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales a menores y adultos.
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