El Papa Francisco pidió el “cese de la violencia” en Myanmar e hizo un llamado a que se active el diálogo, debido al incremento, en los últimos días, de la represión contra los manifestantes que rechazan el golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
“También yo me pongo de rodillas en las calles de Myanmar y digo: ‘que cese la violencia’. Yo también estiro mis brazos y digo: ‘que prevalezca el diálogo’. La sangre no resuelve nada”, clamó el Papa durante la audiencia general de este miércoles que presidió desde la Biblioteca del Palacio Apostólico.
El pontífice puso como ejemplo a la monja Ann Rose Nu Tawng cuya imagen arrodillada frente a varios policías para proteger a unos niños y residentes se ha convertido en un símbolo de paz en el país. Según la ONU, las fuerzas de seguridad han matado al menos a 94 civiles en los dos últimos días.
Foto: Reuters
El Papa también evidenció su preocupación por la situación en Paraguay donde miles de personas de han lanzado a las calles para protestar contra el presidente, Mario Abdo Benítez, por lo que consideran una mala gestión en la crisis sanitaria y económica. Francisco llamó al “diálogo sincero” para encontrar “las soluciones adecuadas a las actuales dificultades”.
“Las noticias que me llegan de Paraguay me han preocupado. Con la intercesión de la Virgen de los milagros de Caacuté espero que se pueda encontrar un camino de diálogo sincero para hallar soluciones adecuadas a las actuales dificultades y construir la paz tan añorada”, manifestó Francisco. Para el Papa toda “violencia es autodestructiva” ya que con ella no solo no se “gana nada” sino que “se pierde mucho y a veces todo”.
En su alocución, el Papa también dijo que el “Espíritu Santo es un regalo de Dios” y pidió a los fieles que recen “con frecuencia”. “Ven, Espíritu Santo. Sin el fuego del Espíritu, la tristeza reemplaza a la alegría, el servicio se convierte en esclavitud y la rutina sustituye al amor”, señaló Francisco.
(Europa Press)
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