¿Alguna vez te has preguntado para qué sirven los cables negros que hay en las carreteras? Seguro que en más de una ocasión te has cruzado con estos cables que atraviesan perpendicularmente la calzada. Si observas sus extremos, rápidamente te vas a dar cuenta de que no se trata de un cable al uso o de un radar, ya que no están conectados a una maquinaria industrial, sino simplemente a señales, postes o farolas para que queden fijos.
Cables negros en las carreteras
Estos cables tienen una función muy importante: mantener la calzada en buen estado, algo esencial para la seguridad vial. Apenas están unos días, e incluso horas, en el mismo punto, en función de cuáles sean las necesidades de medición. Su instalación es muy sencilla, ya que simplemente hay que encontrar una carretera recta, anclarlos de forma eficaz y conectar a uno de los extremos una caja de medición. Por lo general, esta caja de medición queda oculta a la vista de los conductores.
Por el interior de los cables únicamente circula aire, razón por la cual reciben el nombre de tubos neumáticos. Cuando un vehículo pasa por encima de los cables, generalmente se colocan dos en paralelo, el aire que hay en su interior se comprime y se extiende hacia los extremos. La caja de medición contiene un sensor que envía una señal eléctrica a un software para contar el número de vehículos que pasan por encima de ellos.
Ahora bien, en algunos casos los cables negros también pueden determinar a qué velocidad pasan los vehículos, aunque no tienen una función sancionadora. Para ello, deberían tener un sistema meteorológico y una cámara. Por lo tanto, esta información únicamente se utiliza para que las autoridades puedan conocer diferentes parámetros de la vía en cuestión y actúen en consecuencia.
Así, gracias a estos cables pueden ajustar la velocidad máxima permitida, conocer la necesidad de instalar un radar o calcular el número de vehículos que circulan sobrepasando el límite. Son muy importantes, hasta el punto de que influyen en las partidas presupuestarias que se desarrollan anualmente para el mantenimiento de las calzadas.
«Los tubos neumáticos envían una ráfaga de presión de aire a lo largo de un cable de goma cuando las ruedas de un vehículo pasan sobre el mismo. El pulso de presión cierra un interruptor de aire, produciendo una señal eléctrica que se transmite a un contador o software de análisis», señala el Departamento de Transporte de los Estados Unidos, según recoge ‘Autonoción’.
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