Mauritania es una pieza clave en el tablero migratorio europeo actual. País de destino y tránsito, fue el punto de salida de entre el 20% y el 25% de las más de 23.000 personas que desembarcaron el año pasado en las islas Canarias. La colaboración de Madrid con Nuakchot es excelente, según fuentes policiales y diplomáticas, pero las barcas llenas de emigrantes empobrecidos y víctimas de conflictos siguen saliendo de sus costas. Mauritania recibe una partida anual española de 10 millones de euros para frenar la inmigración irregular y se ha beneficiado de proyectos europeos por valor de al menos 79 millones de euros, pero demanda más apoyo, sobre todo de Bruselas. El ministro del Interior y de Descentralización mauritano, Mohamed Salem Ould Merzoug, de visita oficial en Madrid para reunirse con los equipos de los ministerios del Interior y de Exteriores, explica en esta entrevista por videoconferencia qué quiere de sus socios.
Pregunta. Desde finales de 2019 las islas Canarias reciben miles de migrantes y Mauritania es uno de los principales puntos de salida. ¿Qué está ocurriendo?
Respuesta. Mauritania está haciendo su labor para frenar la inmigración irregular, pero hay tres fenómenos que nos afectan. Por un lado, los conflictos están empujando a más gente a emigrar. Por otro, hay un cambio de ruta, los migrantes están evitando Libia, que es ahora mismo muy peligrosa, y transitan por nuestro territorio. Y el tercer factor es la covid. La crisis sanitaria global ha tenido un fuerte impacto en los países africanos y ha golpeado la economía dejando a muchos jóvenes sin trabajo. La pobreza ha aumentado de forma notable y esto ha hecho resurgir nuevas olas de inmigración.
Pregunta. ¿Qué acciones están tomando las autoridades mauritanas? ¿Van a reforzar la vigilancia?
R. A nivel nacional vamos a intentar reforzar las leyes contra la inmigración irregular y a organizar nuestras fuerzas de seguridad para que estén más preparadas y sean más ágiles. Tenemos además una mesa de diálogo con Senegal, Gambia y Malí para el intercambio de información y determinar qué responsabilidades debe asumir cada país. Queremos además tener una línea clara y común en nuestro diálogo con la Unión Europea.
P. ¿Cuál es esa línea común con la UE?
P. La lucha contra la inmigración irregular, el terrorismo y el crimen organizado no debe ser un trabajo asumido exclusivamente por España y Mauritania. Nosotros pedimos más colaboración de las instituciones europeas. Queremos poner en marcha proyectos de desarrollo para erradicar la pobreza y ayudar a los jóvenes en los países de origen y Europa tiene un papel fundamental para llevarlos a cabo. También en ayudar a las autoridades mauritanas a reforzar sus capacidades contra las mafias: la vigilancia de nuestras costas y fronteras nos supone un reto diario, por eso pedimos la implicación de las autoridades europeas.
P. ¿Y qué le pide a España?
R. Estamos intentando mejorar nuestras relaciones y nuestro intercambio de información. Necesitamos refuerzo de aviones, radares y logística para que nuestras fuerzas de seguridad puedan trabajar mejor. Mauritania tiene cada vez más presión migratoria y recibimos a miles de inmigrantes y refugiados que hay que alojar. Esto supone un enorme esfuerzo para nosotros. La inmigración está causándonos problemas en la seguridad y la economía y más ahora con la pandemia. Es importante que se tenga conocimiento de esto y se nos ayude. Pero, como le digo, no solo España sino la Unión Europea, porque es una responsabilidad y un trabajo común.
P. Mauritania es junto a Marruecos uno de los países que acepta que España deporte a su territorio inmigrantes de terceros países. ¿Hay más vuelos previstos? ¿Qué ocurre con esos inmigrantes cuando vuelven a pisar suelo mauritano?
R. Mauritania, mediante los acuerdos que tiene suscritos con España, aborda el tema migratorio respetando la legalidad internacional y los derechos humanos. Los vuelos programados son una cuestión técnica teniendo en cuenta la situación actual y las necesidades. Mauritania dedica muchos medios a ayudar a las personas migrantes a volver a sus países de origen en condiciones adecuadas. Es un reto que afrontamos y que nos supone un enorme esfuerzo de recursos humanos y materiales.
P. Los vecinos del este de Mauritania están siendo golpeados por el terrorismo yihadista. ¿Cómo logra Mauritania librarse ahora de él?
R. Mauritania ha trabajado en dos niveles para evitar ser objetivo del terrorismo. Por un lado, hemos reforzado nuestras capacidades en materia de seguridad y preparación de nuestras fuerzas de seguridad. Por otro, tenemos una estrategia nacional en la que han participado los imanes para concienciar a los jóvenes y a la sociedad en general sobre los peligros del fanatismo y la radicalización. Incluso algunos imanes han conseguido neutralizar la ideología promovida por los yihadistas. Además, las autoridades de Mauritania han llevado a cabo proyectos sociales con el fin de integrar a los jóvenes en el mercado laboral y evitar que caigan en el discurso radical.
P. ¿Cree que hay grupos terroristas que pueden aprovecharse de las rutas de la inmigración irregular?
R. No cabe duda de que el crimen organizado para seguir lucrándose es capaz de trabajar con las organizaciones terroristas. Estamos hablando de dos tipos de delincuencia muy diferentes, pero que si ven que sus intereses confluyen, no hay duda de que puedan trabajar y beneficiarse mutuamente.
Un socio clave
Mauritania es uno de los principales puntos de partida de los migrantes que llegan a las islas Canarias. Entre un 20% y un 25% de las 23.000 personas que arribaron en 2020 al archipiélago partieron de sus costas, según fuentes de las fuerzas de seguridad españolas. Su colaboración es clave para las autoridades españolas y es uno de los pocos socios que readmite inmigrantes de terceros países que entran de manera irregular en España. A partir de 2019, en paralelo al repunte migratorio, este acuerdo de devolución se reactivó y ese año seis de los 19 vuelos de expulsión de inmigrantes fletados por la agencia europea de fronteras (Frontex) aterrizaron en Nuadibú. En 2020, se realizaron al menos otros cinco vuelos.
Mauritania es, además, el país que más fondos españoles recibe para el control de fronteras, solo superado en 2019 por Marruecos. Desde 2009, Nuakchot recibe una subvención anual que ronda los 10 millones de euros
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