La harina es absolutamente uno de los productos básicos que se encuentra a la cabeza de una variedad ilimitada de alimentos. Y también es una de las primeras cosas que nos preocupamos de comprar cuando visitamos un supermercado o una tienda de comestibles. Al llegar a casa siempre la solemos guardar en la despensa, ya sea en su paquete original o transfiriéndola a un bote, pero lo cierto es que también podemos guardarla en otro sitio que es bastante curioso. Descubramos a continuación, para qué sirve guardar la harina en el congelador.
Guardar la harina en el congelador
¿De qué sirve poner harina en el congelador, si su ubicación natural es la despensa de la cocina? De hecho, se suele recomendar meterla siempre en en un lugar seco, no húmedo, limpio y alejado de fuentes de calor y de la exposición directa a la luz solar, por lo que la alacena es el lugar indicado. Pero también meter la harina en el congelador tiene su indudable e inimaginable utilidad y es algo que parece que cada vez hacen más personas.
En realidad se trata de un recurso igualmente útil para garantizar a nuestras harinas una mayor durabilidad y una mayor seguridad. De hecho, a veces puede ocurrir que encuentres insectos en su interior. Y cuando se produce tal infestación, no queda más que tirarlo todo, por lo que es un despilfarro odioso.
Pero eso lo podríamos haber evitado tomando las precauciones necesarias. La presencia de insectos en la harina está muy a menudo ligada a una conservación inadecuada. Sin embargo, si pones tu harina en el congelador, bien cerrada y en un frasco o táper apto para exposición a muy bajas temperaturas y con cierre hermético en la tapa, podrás eliminar cualquier imprevisto.
Conservarás la harina sin riesgo a que los bichos proliferen y además sus propiedades organolépticas no se perderán en lo más mínimo. Al poner en práctica este truco para almacenar mejor este alimento, solo será necesario recordar que, una vez descongelada, la harina que guardamos previamente en el congelador solo se puede usar una vez. Por este motivo será recomendable guardarla por partes, es decir, no metas el paquete entero a no ser que vayas a necesitar un kilo de harina para cocinar después.
En cuanto a las tácticas y precauciones a poner en marcha para mantener alejados a los insectos de los muebles de cocina donde guardamos nuestros alimentos, podemos limpiar estos espacios con una mezcla de agua y vinagre blanco , cuyo intenso olor es algo que no soportan. Además, las hojas de laurel también serán de gran ayuda de modo que puedes dejar unas cuantas dentro del armario y verás como ni se acercan.
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