Captura de vídeo de la televisión pública burkinesa RTB donde los militares golpistas declaran que han tomado el poder, este viernes en Uagadugú.AP
Manifestantes partidarios de los militares que este viernes dieron un golpe de Estado en Burkina Faso han atacado con palos y piedras la sede de la Embajada de Francia en Uagadugú, la capital del país, y han tratado de penetrar al recinto sin éxito, tras lo cual han pegado fuego a la fachada. Una escena similar se ha vivido en la sede del Instituto Francés de Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, que fue atacada por un grupo de ciudadanos. La cólera contra la representación gala en Burkina Faso ha estallado después de que los golpistas aseguraran este sábado en televisión que el presidente del país, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, se encontraba protegido en una base militar francesa a las afueras de la capital desde donde estaba lanzando “una contraofensiva”.
El golpe de Estado que se vivió el viernes en Burkina Faso ha tenido su réplica al día siguiente. Militares partidarios del capitán Ibrahim Traoré, el líder de los golpistas, y soldados leales al presidente Damiba han protagonizado este sábado varios tiroteos y escaramuzas en Uagadugú. Las principales calles y cruces de la ciudad están bajo control de los rebeldes, pero helicópteros a las órdenes de Damiba han sobrevolado la zona durante la mañana. La división en el seno del Ejército es patente. El Estado Mayor de la Defensa se ha desmarcado del golpe de Estado mediante un comunicado y ha hecho un llamamiento a la calma.
Ante la inquietud por la situación en las calles de la capital, los golpistas han lanzado su particular campaña de comunicación para dar su versión de los hechos. Mediante un comunicado leído en la televisión pública, bajo su control, han asegurado que Damiba se encontraba protegido en la base militar francesa de Kamboinsin, a las afueras de Uagadugú, “planificando una contraofensiva con el objetivo de crear problemas en el seno de nuestras Fuerzas de Defensa y Seguridad. Ello obedece a nuestra firme voluntad de acudir a otros socios dispuestos a ayudarnos en nuestra lucha contra el terrorismo”, dijo el subteniente Jean-Baptiste Kabre, portavoz de los golpistas, en referencia a la posibilidad de sustituir a Francia por Rusia como aliado antiterrorista, al igual que ha hecho la vecina Malí.
La acusación de que Francia había dado refugio al teniente coronel Damiba fue rápidamente negada tanto por la Embajada francesa en Burkina Faso como por el propio Ministerio francés de Asuntos Exteriores. “Francia desmiente formalmente toda implicación en los eventos en curso desde ayer [por este viernes] en Burkina Faso. La base donde se encuentran las fuerzas francesas no ha acogido jamás a Paul-Henri Sandaogo Damiba, ni tampoco nuestra embajada”, aseguraba el comunicado ministerial. Sin embargo, el propio capitán Traoré insistió en la misma idea en dos entrevistas concedidas a las emisoras Voz de América y Radio Omega, ya por la tarde. “No puedo confirmarlo porque no lo vi entrar en la base, pero según las informaciones de sus hombres, que él cree que están con él pero que nos informan, según sus informaciones pensamos que está allí para lanzar una contraofensiva”, dijo a esta última cadena.
Posteriormente, el propio Traoré levantó el toque de queda que había impuesto el día anterior y, mediante un comunicado, hizo un llamamiento a la población a “una vigilia patriótica, una movilización total y constante para oponerse a las fuerzas oscurantistas que socavan nuestros esfuerzos en nuestro combate común para la restauración de la seguridad y la integridad de nuestro territorio”.
Las acusaciones de una supuesta implicación francesa a favor de Damiba, amplificadas en redes sociales y por el boca a boca, están detrás de los ataques a la Embajada de Francia en Uagadugú y a la sede del Instituto Francés de Bobo-Dioulasso. En las concentraciones de apoyo al golpe de Estado que se han celebrado en las últimas 48 horas se han podido escuchar numerosas proclamas antifrancesas y consignas a favor de Rusia, un fenómeno que también pudo observarse durante los golpes de Estado de Malí y en las protestas contra el paso de un convoy militar francés en la propia Burkina Faso y en Níger el año pasado.
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Este viernes, un grupo de militares liderado por el capitán de artillería Ibrahim Traoré, de la base militar de Kaya, dio un golpe de Estado contra el presidente Damiba, quien también llegó al poder mediante una asonada militar el pasado 24 de enero, al que acusan de incapacidad para hacer frente al avance de la violencia yihadista que gangrena al país. El malestar entre ciertos sectores del Ejército había ido creciendo en los últimos meses ante el deterioro de la situación en materia de seguridad y el constante hostigamiento por parte de grupos yihadistas, en concreto el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) y sus aliados locales.
La gota que colmó el vaso fue el ataque terrorista, el pasado lunes, a un convoy de mercancías a su paso por la localidad de Gaskindé, en el norte del país, cuando se dirigía a abastecer a la ciudad de Djibo, sitiada por los yihadistas desde hace meses. En dicho ataque fallecieron, según las autoridades, 11 soldados, una veintena de personas resultaron heridas y 50 civiles, en su mayor parte comerciantes, están desaparecidos.
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