Pasta gratinada con calabaza y espinacas


Pasta. Bechamel. Gratinado. Apuesto a que te ruge el estómago al leer esas tres palabras seguidas. Cualquier plato gratinado, y especialmente la pasta, es la gloria bendita en estos días de fresquíbiris. Son clásicos de este género los macarrones gratinados, los mac ‘n’ cheese o, sin ir más lejos, la lasaña, en versión tradicional, vegetariana, ligera, al estilo de David Muñoz o como más te apetezca.

Esta receta incluye además cebolla, calabaza y espinaca, que aportan sabor, textura y color al plato. Si lo quieres hacer más contundente aún, puedes añadir también unos taquitos de panceta dorados. En cuanto a la bechamel, verás que con las cantidades de la receta sale una salsa no muy espesa:esto es así para evitar que la pasta resulte en un mazacote tras el horneado. Puedes prepararla al 100% con leche, mezclar caldo y leche o utilizar una bebida vegetal.

Respecto a la pasta, según mi criterio personal fundado en mi experiencia hogareña y nada más, recomiendo elegir pasta corta, seca y de tubo. Es decir: penne, rigatoni, maccheroni, mezze maniche, lumache o similares. Aunque si te apetece usar fusilli o farfalle, por ejemplo, no seré yo quien lo impida. Por el contrario, desaconsejo utilizar pasta larga y fina ya que es muy probable que se pase de cocción fácilmente.

Dificultad

La de no pasar la pasta de cocción.

Ingredientes

Para 4-6 personas

½ cebolla200 g de espinacas frescas500 g de calabaza1 l de leche entera80 g de harina100 g de mantequilla (80 g para la bechamel y 20 g para el gratinado)500 g de pasta corta100 g de queso rallado (el Pecorino y el Parmesano quedan muy bien)50 g de pan ralladoAceite de olivaSal finaPimienta negraNuez moscada

Preparación

Preparar la bechamel: en un cazo derretir 80 g de la mantequilla y añadir la harina. Cocer a fuego medio sin dejar de remover hasta que la mezcla se vuelva dorada y huela tostado. Este paso es importante ya que si la cocción es insuficiente, la bechamel tendrá un sabor predominante a harina.

Añadir la leche poco a poco sin dejar de remover hasta que haya espesado. Salpimentar y añadir nuez moscada. Reservar tapada.

Calentar el horno a 220 ºC. Llevar abundante agua con sal a ebullición para cocer la pasta. Cocer la pasta tres minutos menos de lo indicado por el fabricante.

Mientras, cortar la cebolla en brunoise (daditos pequeños), la calabaza en cubos de 1 x 1 cm aproximadamente y las espinacas en trozos grandes.

Calentar una sartén a fuego medio con un chorro de aceite de oliva. Rehogar la cebolla durante dos o tres minutos.

Añadir la calabaza, salpimentar y cocer hasta que se ablande. Agregar las espinacas y cocer un minuto más.

Añadir los vegetales a la bechamel y mezclar. Agregar la pasta y mezclar nuevamente.

Verter la mezcla en una bandeja o fuente alta apta para horno. Espolvorear con el pan y el queso rallado. Añadir unos trocitos de la mantequilla restante por encima. Hornear hasta que esté bien gratinado, con grill si es posible.

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