La mayoría del Congreso peruano rechazó este martes admitir a debate la “moción de vacancia” por “permanente incapacidad moral” contra el presidente Pedro Castillo. Un total de 76 parlamentarios votaron en contra, 46 a favor y cuatro se abstuvieron. Para aprobar la cuestión se necesitaban 52 votos, es decir, el 40% de los congresistas presentes (128).
La figura de la vacancia por incapacidad moral permanente, contemplada en la Constitución, es un mecanismo extremo que solo había sido usado tres veces entre 1823 y el 2000. En noviembre del año 2000, Alberto Fujimori renunció a la presidencia por fax desde Brunei después de la difusión de los videos que documentaron la corrupción de su Gobierno y de su asesor y jefe de facto de las fuerzas armadas, Vladimiro Montesinos. El autócrata viajó a una cumbre a Brunei y no volvió, por lo que el Congreso aprobó la vacancia para nombrar a un presidente de transición que convocó a elecciones.
Sin embargo, en los últimos cinco años, la oposición fujimorista y sus aliados en el Congreso han recurrido a la figura de la vacancia cinco veces para deshacerse de sus adversarios políticos. En diciembre de 2017 promovieron la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski pero no la lograron, y tres meses después -cuando obtuvieron los 87 votos- el banquero y economista prefirió renunciar. Contra Martín Vizcarra, el sucesor de Kuczynski, también hubo dos votaciones por la vacancia: la primera -en septiembre de 2020- no salió adelante, pero dos meses después sí fue aprobada.
La propuesta de vacancia contra el maestro rural y sindicalista Pedro Castillo fue presentada hace un par de semanas por la congresista del partido derechista Avanza País Patricia Chirinos y fue de inmediato respaldada por la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien perdió los comicios de segunda vuelta frente al actual mandatario peruano y reclamó un fraude electoral que no existió.
Chirinos alegó que el presidente nombró a ministros “relacionados con el terrorismo” y solicitó una explicación por las interferencias del secretario de la presidencia Bruno Pacheco en los ascensos militares y en la entidad recaudadora de impuestos, donde pidió un trato preferencial para una empresa. Además, atribuyó al Gobierno de Castillo un supuesto “acercamiento con regímenes antidemocráticos” como Venezuela.
Pacheco dejó el cargo el 19 de noviembre después de que la primera ministra Mirtha Vásquez calificara de “muy graves” sus acciones. “Debería dar un paso al costado hasta que se investigue”, refirió Vásquez. En ese momento, la Contraloría y la fiscalía ya habían iniciado las pesquisas contra Pacheco por posible tráfico de influencias.
Las críticas por la falta de transparencia en el Ejecutivo se reavivaron hace un par de domingos. Un canal de televisión presentó un vídeo del presidente entrando en octubre a una casa de Lima que fue su búnker de campaña de segunda vuelta, pero también sede de sus primeras reuniones como presidente cuando no quería despachar en palacio de Gobierno. La Contraloría le llamó la atención a Castillo en agosto, pues las citas en dicho inmueble no quedaban registradas en el sistema de visitas de la presidencia. El mandatario explicó días después que tuvo allí reuniones personales o familiares, y la primera ministra aseguró que -para evitar especulaciones- no habría más despacho en ese domicilio.
Durante el debate del pleno del Congreso este martes, el vocero de Fuerza Popular, Hernando Guerra García, afirmó que el presidente “no demuestra la capacidad de distinguir el bien del mal”, y que por eso su bancada votaría a favor de la vacancia. Otra bancada que votó a favor, del partido ultraderechista Renovación Popular, admitió que sabía que no se lograrían los 87 votos para retirar a Castillo del cargo, pero dijo que así se usaba la ocasión como mecanismo de “fiscalización”, de forma que el mandatario se vería obligado a asistir al Congreso a dar explicaciones y responder sobre los ascensos militares, pero también sobre sus reuniones “clandestinas” fuera de palacio de Gobierno.
La congresista del Partido Morado Flor Pablo aclaró que el Congreso no podía usar la figura de vacancia como un mecanismo de control político. “No podemos usar las normas a nuestro parecer, estamos agudizando esta crisis. No vamos a votar a favor, pero el apoyo al Gobierno no es un cheque en blanco. Tenemos que seguir usando otros mecanismos de la Constitución como la interpelación que hemos hecho al ministro de Educación esta mañana”, anotó la parlamentaria y exministra de ese sector.
Perú Libre, el partido con el que llegó al poder Castillo, y sus aliados de la izquierda moderada, Juntos por el Perú, sostienen que los partidos conservadores que perdieron la elección anunciaron la vacancia desde el primer día del nuevo Gobierno. “Esta moción de vacancia está enfocada en desconocer los resultados electorales, no tiene asidero jurídico y responde a un revanchismo electoral”, aseguró Ruth Luque, de Juntos por el Perú. El presidente peruano se salvó esta vez, pero de persistir en sus errores -en cuatro meses en el cargo ha cambiado dos veces de primer ministro y a más de la mitad de su Gabinete- se encontrará nuevamente con la oposición, que podría plantear otras mociones de vacancia.
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