Pekín castiga a Didi Chuxing, el Uber chino, por uso indebido de los datos de sus usuarios

El logo de Didi Chuxing se refleja en un cristal.
El logo de Didi Chuxing se refleja en un cristal.FLORENCE LO / Reuters

La campaña de investigación contra las grandes tecnológicas en China se ha cobrado una nueva víctima. En este caso, Didi Chuxing, la principal compañía de vehículos compartidos y equivalente a Uber en Occidente. Según ha anunciado la autoridad reguladora este domingo, ha pedido a las plataformas de las aplicaciones chinas que dejen de ofrecer la de esta empresa, tras determinar que Didi había “recolectado datos personales de sus usuarios de manera ilegal”. La plataforma cuenta con 490 millones de usuarios activos y 13 millones de conductores en toda China.

El viernes, la Administración del Ciberespacio de China anunció la apertura de una investigación sobre la empresa para proteger la “seguridad nacional y el interés público”. Dos días antes, Didi había comenzado a cotizar en Nueva York, en la mayor salida a Bolsa en este mercado en lo que va de año.

El pasado viernes, cuando se dio a conocer la investigación contra ella, la cotización de Didi retrocedió un 7%. En su primer día de cotización en la Bolsa neoyorquina, había alcanzado una valoración de 68.490 millones de dólares (55.725 millones de euros). Había informado de pérdidas por valor de 1.600 millones de dólares (1.348 millones de euros) y una caída en sus ingresos del 8% debido a la pandemia de coronavirus en su cuenta de resultados en el último ejercicio.

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Didi Chunxing es un gigante en su sector y en 2016 incluso absorbió las operaciones de Uber en China. Sus servicios están presentes en China y otros quince países —desde México a Australia, pasando por Brasil, Colombia, Perú o Ecuador—, y recaba cada día millones de datos de sus usuarios. En China no solo ofrece transporte en automóvil, sino también bicicletas compartidas, distribución de comida a domicilio o servicios financieros. Su app es una de las más populares en las grandes ciudades del país.

El Gobierno investiga a los grandes operadores

Fundada en 2012 por Will Cheng Wei, que entonces tenía 29 años, ya ha sido sujeto de otras investigaciones, una de ellas sobre su licencia para operar. También sobre la seguridad que ofrece a sus usuarios, después de un caso de asesinato en 2018 por parte del conductor en uno de sus servicios a una clienta. En junio pasado, Reuters adelantó una investigación antimonopolio, sobre supuestas prácticas de la compañía para echar del mercado a competidores de menor tamaño.

La investigación sobre esta plataforma de vehículos compartidos es la última en una serie de inspecciones emprendida por los reguladores chinos en los últimos meses sobre grandes empresas tecnológicas de China, que dominan buena parte de las actividades diarias de los 1.400 millones de habitantes del país más poblado de la tierra: desde las compras que efectúan a sus inversiones, pasando por su transporte, la información que consultan o el reparto a domicilio de comidas preparadas. Todas ellas empresas asentadas en sectores donde apenas figura un puñado de competidores —el resto ha quedado expulsado— y que generan gran cantidad de datos sobre sus usuarios. En parte para responder a ese dominio, el Gobierno chino acelera el desarrollo de su divisa digital, el yuan digital.

La primera y mayor investigación hasta el momento, contra el gigante del comercio electrónico Alibaba, se dio a conocer en diciembre —un mes antes las autoridades ya habían paralizado la salida a Bolsa de Ant, el brazo financiero del conglomerado fundado por Jack Ma—. En abril, los reguladores imponían una multa de 2.350 millones de euros a Alibaba por haber violado las normas antimonopolio. Ese mismo mes, las autoridades antimonopolio convocaban a responsables de 34 de las grandes empresas tecnológicas chinas, entre ellas Didi.

La investigación contra la compañía busca “impedir riesgos contra la seguridad de datos nacionales, garantizar la seguridad nacional y proteger el interés del público”, según ha indicado la Administración del Ciberespacio en un comunicado distribuido el viernes en sus redes sociales. Es la primera vez en que se alude expresamente a la seguridad nacional —una de las grandes preocupaciones del Gobierno chino— para justificar medidas contra grandes empresas tecnológicas nacionales.

Pekín bloquea el acceso a la aplicación

Aunque no ha precisado qué riesgos exactamente ha detectado, sí ha dicho que durante la investigación no será posible que nuevos usuarios puedan descargarse la aplicación de Didi. Esta plataforma ha asegurado a los medios chinos que “colabora de manera activa” con los investigadores. Además de bloquear el acceso a la app para los nuevos usuarios, los reguladores chinos exigen a la plataforma que corrija sus infracciones y cumpla con las leyes y reglamentos chinos.

En un comunicado emitido el viernes, después de que los reguladores hicieran pública la investigación, Didi había indicado que “planeamos llevar a cabo una evaluación exhaustiva de los riesgos para la ciberseguridad, y seguir mejorando nuestros sistemas de seguridad y capacidad tecnológica”.


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