Si tu cabello produce más sebo de lo normal, hay una serie de mitos sobre el pelo graso que no debes creerte.
Tendencia «no-poo»
Seguro que tú también has oído hablar de la tendencia «no-poo», que consiste básicamente en no utilizar champú para lavarse el pelo. Se trata de sustituirlo por una mezcla casera a base de vinagre, agua y bicarbonato. ¿Es una buena idea? En absoluto. No lavar el pelo no hace que las glándulas sebáceas dejen de producir grasa, sino que ésta se acumula en el cuero cabelludo y puede causar diferentes problemas.
El agua cliente elimina la grasa
¿Es una buena idea lavarse el pelo con agua caliente? Definitivamente, no. Sin embargo, se dice que quienes tienen el cabello graso deben hacerlo porque ayuda a eliminar el sebo. Pero produce el efecto contrario: el agua caliente estimula las glándulas sebáceas, que producen más grasa. Lavarse el pelo con agua fría tampoco es lo más recomendable porque reseca la piel. Lo mejor es que el agua sea tibia.
No es una buena idea lavar el pelo a diario
Se tiende a creer que no hay que lavar el pelo a diario, sobre todo cuando es graso. Pero no hay ninguna base científica para afirmar tal cosa. Aunque lo recomendable es lavarlo cada dos o tres días para no retirar los aceites que protegen el cuero cabelludo, no hay ningún problema en hacerlo todos los días. Ahora bien, hay que utilizar los productos adecuados y aplicarlos en la cantidad correcta.
Hidratar el cabello graso es un error
Uno de los principales mitos sobre el pelo graso es que no es necesario hidratarlo. Es más, en muchos casos la producción excesiva de sebo se debe a la sequedad en el cuero cabelludo, aunque parezca algo ilógico.
Se produce una especie de efecto rebote, aumentando la cantidad de sebo en el cuero cabelludo para protegerse. Tanto el cabello como el cuero cabelludo necesitan a partes iguales ingredientes hidratantes y purificantes.
Hay que cepillarlo constantemente
Y, por último, se tiende a creer que cepillar de manera constante el pelo evita la producción de sebo. Pero nada más lejos de la realidad. Esto causa fricción, lo que provoca que se rompa la cutícula y el cabello pueda vitalidad. Además, el roce del cepillo en el cuero cabelludo genera más grasa. Lo mejor es desenredar el pelo con un peine de cerdas separadas y gruesas con delicadeza.
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