BANGKOK, Tailandia – La investigación judicial sobre la muerte de Nora Quoirin, una menor francoirlandesa con discapacidad que murió en Malasia el año pasado tras desaparecer del hotel donde se alojaba con su familia, determinó este lunes que falleció por “accidente” y sin otras personas involucradas en el suceso.
La perito forense Maimoonah Aid descartó el homicidio, la muerte natural y el suicidio de Nora al término de las audiencias, impulsadas por los padres de la niña y que por la pandemia se realizaron por videoconferencia, y señaló que lo más probable es que muriera tras “extraviarse en una plantación abandonada”.
“Tras revisar todas las pruebas y escuchar los testimonios, dictaminó que no hubo nadie involucrado en la muerte de Nora. Lo más probable es que ella muriera por accidente”, apuntó Maimoonah al descartar que la desaparición de la menor, cuyo cadáver fue hallado sin rastros de violencia, se produjera en circunstancias sospechosas.
Los padres de Nora escucharon en silencio el dictamen de la perito judicial a la conclusión de la investigación oral, ante la que testificaron más de 60 personas.
Nora Quoirin, de 15 años, llegó a Malasia con su familia el 3 de agosto de 2019 para pasar dos semanas de vacaciones, pero a la mañana siguiente no se encontraba en su habitación del hotel The Dusun, situado junto a una reserva natural en el estado de Negeri Sembilan.
La familia alertó inmediatamente de la desaparición de la joven, que tenía una discapacidad de desarrollo y aprendizaje y dificultades físicas que le impedían moverse con facilidad, y afirmó que la ventana se encontraba abierta.
MacKenzie Lueck regresaba de un viaje a California, donde había asistido al funeral de su abuela.
Tras 10 días de búsqueda, en el que participaron más de 350 personas, un voluntario encontró finalmente el cadáver de la niña cerca de un arroyo y a poco más de una milla del hotel.
Los familiares de Quoirin apuntaron en los primeros momentos a la posibilidad de un secuestro como causa de la desaparición de la joven, pero una autopsia realizada a su cadáver descartó signos de violencia y apuntaba que la niña falleció dos o tres días antes de ser hallado su cadáver como consecuencia de una “rotura intestinal por la falta de comida y el estrés”.