El peso mexicano se depreció el jueves, luego de un positivo dato de inflación local que cimentó expectativas sobre una menor necesidad de ajustes monetarios en el país y en medio de una corrección a la baja del mercado, en tanto que la bolsa marcó una ligera alza.
La moneda doméstica llegó a cotizar esta semana en máximos de siete años, pero la racha ganadora se frenó tras las cifras de precios al consumidor, que reforzaron el argumento del banco central de que sería necesario mantener la tasa clave en su actual nivel de un 11.25% por un tiempo prolongado.
El peso cotizaba en 17.3860 unidades por dólar casi al final de los negocios, con un retroceso de un 0.16% frente al precio de referencia de Reuters del miércoles, interrumpiendo una racha de cinco jornadas consecutivas de ganancias.
“Es importante mencionar que al reducirse la probabilidad de que el Banco de México haga otro incremento a la tasa de interés, la política monetaria de México comienza a tener una divergencia” con las posturas de los grandes bancos centrales del mundo, dijo Gabriela Siller, analista de Banco Base.
El peso se vio favorecido esta semana por un mayor interés de los inversores en los activos de riesgo y el jueves de todas formas operó cerca del cierre por debajo del umbral de 17.40 unidades, un nivel no visto desde mayo del 2016.
En el frente bursátil, el índice S&P/BMV IPC anotó un alza de apenas un 0.09% a 54,338.18 puntos, ante un cambio en su tendencia inicial, a medida que fue mejorando la moral de los inversores en Wall Street.
Los títulos de la minera Industrias Peñoles encabezaron el avance al subir un 5.49% a 289.83 pesos; seguidos por un alza de un 3.08% de la operadora de restaurantes Alsea, a 52.86 pesos.
En el mercado de deuda, el rendimiento del bono a 10 años descendió seis puntos base a un 8.82%, mientras que la tasa a 20 años bajó siete puntos base, a un 9.08%.
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