Las solicitudes de asilo en México cayeron casi a la mitad en los primeros tres trimestres de 2024, pero albergues y migrantes denuncian que la frontera sur del país permanece saturada y que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) tarda en resolver los casos.
México recibió 58,806 peticiones de asilo de enero a septiembre de 2024, una disminución del 48 % interanual tras el récord de 113,177 registrado el año pasado, revelaron datos de la Comar disponibles este jueves.
Honduras ascendió al primer lugar de los países de origen de los peticionarios, con 23,169, seguido por Cuba (12,612), Haití (6,188), El Salvador (4,601), Venezuela (3,623), Guatemala (3,174), Colombia (1,742), Nicaragua (754), Ecuador (739), Chile (370) y, el resto, de países no identificados.
La cifra representa un cambio de tendencia tras el récord de casi 141.000 peticiones de asilo en todo 2023, una subida interanual del 18,2 % y la tercera cifra más alta del mundo, según el Gobierno de México.
Pero la Comar ha resuelto menos de la mitad de los casos este de este año, 25,590, de los que solo 18,295 se aceptaron, por lo que en Tapachula, la principal ciudad de la frontera sur de México, permanecen los albergues saturados, según expresó a EFE la directora del albergue Todo Por Ellos, Lorenza Obdulia Reyes.
“Aquí va llegar un tiempo en el que Tapachula que va colapsar, son demasiados migrantes. El que diga que ha bajado la migración es una gran mentira, en este albergue hay una señora con dos niños pequeños, le resolvieron su resolución positiva en ocho meses”, declaró.
La migración no cesa en México
Pese a la caída en las solicitudes de asilo, la migración irregular a través de México se elevó un 193 % interanual en la primera mitad del año hasta superar las 712.000 personas, un récord, según la Unidad de Política Migratoria del Gobierno.
Esto ha impactado a solicitantes como Karla Aguilera Ortiz, originaria de Honduras.
“Ocho meses me tardó el proceso. Hay poca gente, no es como cuando yo vine (la primera vez), ha bajado porque ellos tardan en resolver el proceso porque algunos lo que hacen es continuar solos para arriba (hacia el norte)”, expuso a EFE desde el albergue Todo por Ellos.
Otros migrantes, como la cubana Yamilet Esquivel, realizan un proceso simultáneo ante la Comar y con ‘CBP One‘, la aplicación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos para pedir asilo en ese país.
“Me han tratado muy bien en la Comar, estoy aplicando a la cita para cruzar a Estados Unidos, estoy pidiendo refugio porque cuando yo llegué no tenia salida y no sabía qué hacer. Sin embargo, estoy aplicando todos los días, es cuestión de suerte, hay muchos migrantes, ha crecido bastante”, relató.
Trabas burocráticas
Luis Rey García Villagrán, presidente del Centro de Dignificación Humana (CDH) en la frontera sur, afirmó que las solicitudes de asilo bajan por la inaplicación del artículo 52 de la Ley de Migración, que señala que los solicitantes de la Comar son acreedores a una visa humanitaria por un año válida en todo territorio nacional
“Tiene un año que el Instituto Nacional de Migración (INM), el Estado mexicano como tal, decidió no respetar, no acatar el artículo 52 de Migración y, por lo tanto, se redujeron las solicitudes de refugio ante la Comar y el migrante sabe que tiene permanecer un año en Tapachula y nadie se quiere quedar en Tapachula”, denunció.
Pese al panorama, migrantes como la hondureña Denise Romero, quien ya se registró en la Comar pero no ha recibido respuesta, no ven cambios sobre el terreno.
“Cada vez que voy ahí hay una barbaridad de gente, entonces tiene que lidiar con una determinada cantidad de personas por día y eso retrasa a las personas que se han ido a registrar. Honestamente, como migrante, le puedo decir que no se ha reducido (el número), al contrario, se está incrementando”, narró.
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