Gustavo Petro acudirá el próximo lunes 26 a la reapertura de la frontera con Venezuela, según fuentes gubernamentales. El presidente ha asegurado su presencia en el puente Simón Bolívar, en Cúcuta, en una zona cerrada a la nación vecina desde hace tres años. Hasta el momento, Nicolás Maduro no ha confirmado su asistencia. En caso de hacerlo, sería la primera vez que los dos mandatarios se verían las caras desde que pusieron fin al bloqueo diplomático que existía entre los dos países.
Los detalles de la apertura de la frontera lo discutirán mañana dos comisiones técnicas en la ciudad de San Antonio, en el lado venezolano. Ahí se concretará la agenda y los pasos a seguir. Por el momento, de acuerdo a estas mismas fuentes, se sabe que el primer vuelo Caracas-Bogotá se realizará el mismo día 26, a las nueve de la mañana. Lo operará la aerolínea Conviasa. Se prevé que vuele los lunes y los viernes. Wingo practicará su primer vuelo el 3 de octubre.
En las reuniones entre los funcionarios se ha discutido la manera de evitar las sanciones que Estados Unidos impuso a Conviasa, la aerolínea estatal venezolana. El principal problema es que no podía repostar en Colombia, por lo que la compañía tendrá que llevar suficiente combustible para el viaje de vuelta. Las restricciones impiden que cualquier empresa haga negocios con ellos.
El presidente, después de su intervención en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, presenciará la apertura en el principal paso fronterizo, el puente Simón Bolívar. Las relaciones estaban rotas por completo desde 2019, cuando el antecesor de Petro, Iván Duque, apoyó la presidencia alternativa de Juan Guaidó en Venezuela. Nicolás Maduro expulsó a todos los diplomáticos colombianos y ordenó el cese de cualquier contacto con un país vecino que ahora consideraba un enemigo. Los gremios y los comerciantes de ambos lados se han quejado estos años del cerrojo en un tramo que comparten de 2.200 kilómetros.
Colombia da un giro radical en su relación con Venezuela. El plan de aislar a Maduro no ha funcionado, que continúa en el poder, seguramente más atornillado que nunca. Petro y otros líderes regionales optan por la vía de la negociación para zanjar la profunda crisis política que vive Venezuela desde hace seis años.
El siguiente pasa ahora es regresar a la mesa de diálogo en México, donde el chavismo y los opositores discutían la forma de regresar a la normalidad democrática con unos comicios generales supervisados por organismos internacionales. Las conversaciones se detuvieron por la detención en el extranjero de Álex Saab, a quien EE UU considera el testaferro de Maduro. El presidente Joseph Biden quiere que las parte se vuelvan a sentar, aunque tiene la sensación de que Maduro no ha cumplido su parte. EE UU considera que Petro puede ser un mediador clave para convencer al sucesor de Chávez y desbloquear la situación.
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