Además, sugirió que, si se trata de limpiar bien y no simplemente de simular con chivos expiatorios, también se investigue cuál es la responsabilidad de funcionarios de EU en el caso García Luna.
“Para qué nos andamos preguntando tantas cosas, por qué no se le pregunta, si quiere él también porque es libre de contestar, pero sería bueno saber si el expresidente Calderón sabía o no lo de la entrada de armas en el operativo de Rápido y Furioso y por qué lo permitió si lo sabía”, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al ser cuestionado sobre el proceso que se le sigue al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en Estados Unidos, el mandatario federal sostuvo que se tiene que esperar a que termine el juicio para emitir una opinión al respecto “porque seguramente va a declarar”.
“Tiene que dar a conocer si actuó solo o había una relación de complicidad y también tiene que decir quiénes actuaban con él. Todo esto en el caso de que resulte culpable porque es un juicio y va a ser un tribunal de Estado Unidos el que decidirá”, expresó.
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“Ya se sabe que había encubrimiento durante todo el periodo neoliberal, tampoco es de un solo gobierno. No es novedad que se haya actuado así, antes se fabricaban delitos o se exoneraba”, agregó.
Asimismo, sugirió que, si se trata de limpiar bien y no simplemente de simular con chivos expiatorios, también se investigue cuál es la responsabilidad de funcionarios de Estados Unidos.
“¿Cómo se hicieron los acuerdos entre gobiernos?, porque había una estrecha cooperación; tan es así que cuando García Luna se va del país, va a Miami”, apuntó.
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“¿Cómo estaba ahí el enjuague? Pero además, ¿en qué consistieron las operaciones que llevaron a cabo de manera conjunta la SSP y la DEA? ¿En qué consistió la introducción de armas, el acuerdo entre gobiernos?”, abundó.
La operación denominada Rápido y Furioso, fue iniciada en 2009 por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, para vender armamento a presuntos criminales y dejarlas pasar hacia la frontera mexicana con el objetivo de poderlas rastrear y darles seguimiento, esperando identificar a los responsables del tráfico de armas que posteriormente van a dar a manos de narcotraficantes.
La ATF permitió que 2 mil 500 armas fueran compradas ilegalmente y transportadas a México, donde grupos de narcotraficantes fuertemente armados combaten entre ellos y con las autoridades por el control de las calles desde hace varios años