Pilar Alegría (Zaragoza, 43 años) responde al perfil de cuatro de las ministras que se incorporan al Ejecutivo en la remodelación que Pedro Sánchez ha ejecutado. La delegada del Gobierno en Aragón se ha curtido en la política municipal y autonómica antes de dar el salto al Consejo de Ministros. Previamente, fue consejera de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno autonómico. Docente de profesión, en su trayectoria de servicio público “ha destacado por su sensibilidad social”, piensa Pedro Sánchez. La aplicación de la Lomloe, la octava reforma educativa desde la restauración de la democracia y más conocida como ley Celaá, muy contestada por la derecha, será su principal reto sin desdeñar el impulso que La Moncloa le quiere dar a la Formación Profesional.
Diputada por Zaragoza entre 2008 y 2015, su elección guarda, al igual que otros nombramientos como los de Óscar López e Isabel Rodríguez, un profundo simbolismo para el PSOE. Y es la reconciliación del partido, que todavía arrastraba parte de las heridas tras abrirse en canal en 2016 en el comité federal que acabó con la renuncia de Sánchez. Semanas después, los socialistas se abstuvieron para permitir la investidura de Mariano Rajoy. “Hay que contar con el talento de todo el partido, no de una parte”, sentencia un alto cargo socialista tras recordar que Alegría apoyó a Eduardo Madina en las primarias de 2014 y tres años más tarde a Susana Díaz, igual que hizo el presidente maño, Javier Lambán.
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Diplomada en Magisterio, especialidad en Educación Primaria, en las elecciones municipales de 2019 fue la candidata más votada al Ayuntamiento de Zaragoza. Los 10 concejales que obtuvo —cuatro más de los que el PSOE logró en 2015— no bastaron ante el acuerdo entre el PP (8), Ciudadanos (6) y Vox (2). La dirección nacional del partido de Albert Rivera truncó el acuerdo que Alegría tenía acordado con los representantes locales de Ciudadanos. Al final, el alcalde que resultó elegido fue Jorge Azcón (PP). En esa tesitura, Sánchez decidió nombrarla en febrero del año pasado delegada del Gobierno en Aragón.
Su entrada en el Consejo de Ministros también esconde otro mensaje implícito, ya que posiciona a la nueva ministra de Educación como la clara favorita para suceder a Lambán como secretario general del PSOE de Aragón cuando ese momento se produzca. La vida orgánica no le resulta desconocida: Alegría ya fue secretaria de Organización de su federación.
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