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Pisada de campeón


Con Vinicius al frente, el Madrid hizo cumbre en San Sebastián. Con ocho jornadas a la vista, el título ya depende de los blancos. Si no fallan, lo mismo dará lo que hagan Messi y sus gregarios. En Donostia, Vinicius descorchó un partido abrasivo, un encuentro condenado al combate nulo de no haber emergido el brasileño, el hecho diferencial de la noche. Sólo él estiró al Madrid del primer tiempo. Y fue él quien puso en jaque a la Real tras originar un penalti de Llorente justo tras el descanso. Un duelo con mucho VAR que dará mucha cháchara.

No es Zidane un tipo corriente. En ocasiones deja pasmado al personal. Le debió ocurrir a James. El cafetero no era titular desde el batacazo madridista en Mallorca, el pasado 19 de octubre. James quedó confinado desde entonces, hasta que con el liderato a tiro, a ZZ le dio por redimirle. Pudo hacerlo en las próximas jornadas, ante Mallorca y Espanyol, equipos del furgón de cola de LaLiga, pero Zidane es Zidane. Mucho menos subversiva fue su apuesta por Valverde y Vinicius, futbolistas que siempre tiene en el radar.

También hizo retoques Imanol Alguacil, contrariado con esta Real de tan mala desescalada. Recuperó a Merino, echó el lazo a Isak y Portu condenó a la grada a Januzaj. De la pizarra de ZZ e Imanol surgieron dos equipos brigadistas, bien apiñados, muy capaces de bloquear al adversario. Tanto se negaron unos a otros que solo Vinicius hizo de sonajero. Solo el brasileño puso un paréntesis en el predominante fútbol atornillado de Real Sociedad y Real Madrid. Nadie ganó los duelos individuales como Vinicius, un quebradero para Gorosabel.

Hubo que esperar más de media hora para el tajo de algún guardameta. Un error de Merino derivó en un remate de Benzema rechazado por Remiro, al que luego probó Vinicius a un paso del descanso. Ni asomo hubo de Courtois en el primer periodo, salvo para dar el mejor pase. A Vinicius, por supuesto.

Zidane durante el partido del Real Madrid contra el Valencia CF el pasado 18 de junio. En vídeo, sus declaraciones tras la victoria frente a la Real Sociedad este domingo.
FOTO: AFP | VÍDEO: EFE

Sin rastro de Odegaard

El partido corroboró el bajonazo local tras el parón. No hay huellas del deslumbrante Odegaard previrus. Tampoco sintoniza el mismo Merino —esta vez más ocupado de los asaltos en las cuerdas con Casemiro que de trenzar el juego de los suyos—. Un equipo con pasadores de categoría hoy apenas tiene un pase. La Real no rema por las orillas. Le va desenvolverse por el embudo, pero ha vuelto a LaLiga cegada, sin las balizas que le distinguieron antes del estado de alarma.

Tan pocas migas hubo de Odegaard como de James. ZZ le colocó de entrada en la banda derecha, donde tiende al olvido. Su posición más conveniente, a espaldas de Benzema, fue para Valverde, en el que el técnico francés parece haber encontrado al nuevo Cholo Llorente de Simeone. Mediado el primer tramo, James se liberó e hizo de Valverde. Solo entonces dio señales de vida. El Madrid solo tenía ojos para Vinicius. Visión que resultaría clínica.

Vinicius no se demoró tras el intermedio. Despegó como un cohete, otra vez sacó la cadena a Gorosabel y Diego Llorente fue al socorro de los suyos. Al interferir, el central blanquiazul desequilibró a Vinicius. El árbitro observó un penalti. No falló Ramos, ya establecido como el segundo máximo goleador del Real tras Benzema y ya el defensa más depredador en la historia del campeonato. Ramos, también centinela mayor del Madrid menos goleado en años, tuvo que dejar el partido con molestias en la rodilla izquierda tras un encontronazo con Isak.

A esta Real menos fluida tampoco le favorecieron las principales secuencias del encuentro. Tras discutir el penalti a Vinicius se le fue un gol en su primer remate serio de la noche. Un córner de ensayo lo culminó Januzaj con un remate seco a la red de Courtois. La pelota esquivó por poco a Merino, en fuera de juego. El árbitro y sus colegas decretaron que la posición de Merino perjudicó el observatorio de Courtois. Aún buscaba la Real cómo engancharse al partido cuando Benzema descolgó una pelota con el hombro derecho y machacó a Remiro. Los realistas, que percibieron mano, fueron desmentidos por el VAR.

Imanol ya retiraba a sus pretorianos —Odegaard, Oyarzabal, Isak—, cuando Merino cazó un zurdazo demoledor. Casi un cuarto de hora le quedaba al duelo. No tuvo más respuesta el equipo de Imanol, junto al Getafe el equipo menos reconocible tras la reanudación futbolera. El Madrid, el de casi siempre, el que se va y viene de los partidos, el que se mantiene como nunca en defensa y se apaña como puede en ataque, ya gobierna LaLiga. El título preferido de ZZ.


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