Es evidente que aunque el gran estudio de animación Pixar pertenezca a Disney, la forma que tienen de contar historias ambas compañías es muy diferente. La casa del Ratón siempre se ha caracterizado por entramados clásicos, mientras que en la compañía del flexo, la originalidad es una insignia innegociable. Por eso Frozen no está demasiado alejada (aunque nos quieran vender lo contrario) de otras cintas de animación, como podrían ser Enredados o La bella y la bestia. Sucede todo lo contrario con Pixar, pues nada tiene que ver Encanto, con filmes tan introspectivos como Del revés o Soul. Con esas diferencias, las de un negocio fundado en los años 20 que se resiste a cambiar drásticamente su imagen comercial, en frente de la revolución identitaria que maneja el estudio auspiciado por Steve Jobs, debía producirse en algún momento una fricción corporativa. Esto ha llegado a raíz de Turning Red y la censura LGTB.
Pixar
Una carta publicada por el medio Variety y firmada por varios trabajadores de Pixar ha sido el detonante, unas horas antes de que Turning Red se estrenase en exclusiva dentro del catálogo de Disney Plus. Según este alegato escrito, Disney habría eliminado “cada momento de afecto abiertamente gay” sin para a pensar ni importarle las protestas del equipo creativo del estudio ni de los dirigentes del estudio como Jim Morris o Pete Docter.
La denuncia de la hipocresía
Bob Chapek
Uno de los aspectos más incendiarios de la misiva son las acusaciones a Bob Chapek, el actual CEO de la empresa fundada por Walt Disney. Entre otras cosas, los empleados claman contra él por la hipocresía que maneja, en relación a la última legislación recién aprobada en Florida por la que en la educación, no se permite abordar la identidad de género y la orientación sexual. Chapek jamás se ha pronunciado públicamente en contra, pero a modo interno envió el mensaje que animaba a la creación de “contenido más diverso”.
En el texto se pueden leer frases como “Es terrible trabajar para una empresa que saca dinero del Orgullo mientras elige mantenerse al margen en nuestro momento de mayor necesidad” o la acusación más directa de todo el manifiesto en el que se señala directamente a la censura LGTB impuesta por Disney: “En Pixar hemos sido testigos de cómo hermosas historias llenas de personajes diversos vuelven de los despachos de los ejecutivos de Disney convertidas en la sombra de lo que habían sido”.
La bola ahora mismo se encuentra en el tejado de la multinacional, ¿seguirá manteniendo el silencio o desmentirá a Pixar?
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