Para el historiador Lorenzo Meyer, la crisis se tiene que tomar como un momento de decisiones y de llevar a cabo una política económica distinta.
El plan de recuperación económica anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador fue más un informe en que ensalzó lo que se ha hecho, más que un llamado urgente a la acción ante la crisis generada por la pandemia del coronavirus, opinó Denise Dresser.
“Lo que vi fue un presidente que en lugar de presentar un plan de emergencia, pareció hablarse solo a sí mismo, verse en el espejo y aplaudir lo que vio ahí. No marcó un mapa de ruta distinto alterado por la recesión que viene, insistió por andar en el camino recorrido, que solo la ahondará”, sostuvo la politóloga durante la Mesa de Análisis de Aristegui en Vivo.
“Lo que ha logrado con este plan “no plan” es colocar a México en una situación muy vulnerable, a merced de ideas muertas, de proyectos inviables, cifras irrisorias y promesas que no se podrán cumplir como la de crear 2 millones de empleos en un contexto de contracción económica”, expresó.
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Dresser consideró que los mexicanos quedan la merced de alguien que no parece entender la lógica de políticas contracíclicas y que no comprende la importancia de preservar el empleo para no producir más pobres.
Incluso, agregó que el mandatario federal también deja de lado a los pobres, ya que los programas sociales solo benefician a 22 millones de pobres, cuando en el país hay más de 50 millones.
“Repite que su estrategia es primero los pobres, pero, si sigue por este mismo camino, acabará engrosando sus filas”, manifestó.
“Parecería que vive en una dimensión alejada de la realidad, donde no comprende que sin crecimiento económico caerá la recaudación. Tenemos una situación fiscal muy frágil, pero eso no implica seguir cobrando impuestos en un contexto en el que si hay una contracción económica brutal, las empresas caerán en bancarrota y no habrá quien pague impuestos”, apuntó.
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“Ayer, Andrés Manuel López Obrador tenía la oportunidad de inaugurar un pacto de Estado y redefinir el papel del Estado en una forma izquierdista para encarar la emergencia y, en lugar de eso, anunció más de lo mismo, que con el tiempo se va a volver peor de lo mismo”, agregó.
En contraste, el historiador Lorenzo Meyer señaló que el anuncio que hizo el presidente desde Palacio Nacional deja de manifiesto que el Estado se propone aumentar su gasto y participación en relación a los sectores que se encuentran más abajo de la pirámide social.
“La fortaleza fiscal del Estado mexicano es muy relativa, ya lo sabíamos desde hace tiempo. En México, se cobran muy pocos impuestos y la parte del PIB con la que se compara el monto fiscal es de las más bajas en América Latina, y la de América Latina es muy baja frente a Europa y Estados Unidos”, expuso.
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“Tenemos un fisco débil, no hay mucho de donde echar mano. Entonces, se toma por parte del presidente poner énfasis en los sectores más desprotegidos, dejando un tanto de lado a las clases medias”, acotó.
Meyer refirió que la crisis se tiene que tomar en todos lados como un momento de decisiones y de llevar a cabo una política económica distinta.
“Se ve que la decisión del gobierno fue tomada en función de la base social menos favorecida, pero esto ha dejado bastante inconforme al sector empresarial”, expuso.
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“Los empresarios están en un punto intermedio entre lanzarse otra vez contra Andrés Manuel y su proyecto o decirle: ‘vamos a reformular nuestro proyecto y no nos vamos a pelear, le concedemos que usted tiene razón, pero parcial, en preocuparse por pobres y sectores menos favorecidos, pero nosotros somos el motor de la economía’”, abundó.
En tanto, para el académico Sergio Aguayo, el primer mandatario decidió jugar todo su capital como gobernante a su fórmula y receta.
“Ya veremos si el modelo mexicano para enfrentar al coronavirus, el desempleo, la carestía, la inflación y la depreciación del peso son suficientes; que él era el personaje capaz de interpretar la historia mejor que nadie y que su receta va a ser exitosa, o si sus críticos tendrán la razón”, subrayó.
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Asimismo, indicó que ha empezado a detectar un fenómeno nuevo, el cual tiene que ver con que para un número importante de actores, López Obrador ya no es un interlocutor con el cual se puede dialogar esperando que él va a escuchar los puntos de vista, y esto ha generado el nacimiento de nuevos rostros como Javier Corral, Claudia Sheinbaum y Enrique Alfaro.