Podemos avisa de que no aceptará la ampliación del cómputo de la pensión a 35 años


Las tensiones por la reforma de las pensiones vuelven a aflorar en el Gobierno de coalición. La publicación del Operational Arrangement, el contrato de implementación al que España se ha comprometido con Bruselas a cambio de las ayudas europeas, ha sacado de nuevo a la palestra la espinosa cuestión de cómo calcular la cuantía de las pensiones. El compromiso del Ejecutivo es que a partir de 2022 España tenga ya listo un sistema que “alargue” el periodo de 25 años que se contempla actualmente. Y a falta de conocerse los detalles, Podemos ya ha empezado a marcar algunas líneas rojas. La secretaria general de la formación morada y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha expresado este viernes que Unidas Podemos no va a aceptar una solución que suponga una merma de las prestaciones públicas. Y sus dos secretarios de Estado en el Ministerio han reiterado esa posición.

“Ampliar a 35 años el periodo de cálculo de la pensión no es una medida recogida en el Pacto de Toledo, no está en el Acuerdo de Coalición, no forma parte del diálogo social e implicaría un recorte en muchas prestaciones futuras que Unidas Podemos no va a aceptar”, ha señalado en un tuit Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y secretario de Economía de Podemos. Aunque el documento del acuerdo con Bruselas no especifica que el cómputo deba alargarse hasta 35 años, esa es una de las cifras que se barajan porque a finales de 2020, cuando el Gobierno preparaba el documento de reformas que iba a remitir a Europa, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, introdujo un borrador en el que se contemplaba esa posibilidad.

En una rueda de prensa en Valladolid, Belarra ha asegurado que su partido “no va a aceptar ningún recorte de las pensiones, ni presentes ni futuras”, informa Efe. La ministra de Derechos Sociales ha añadido que “es una falsedad” que Europa exija la ampliación del cómputo y ha insistido en que la medida “no está incluida ni en el acuerdo de Gobierno ni el Pacto de Toledo”. Pero quien más patente ha dejado la nueva brecha entre los socios del Ejecutivo es el secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago, quien ha desmentido que, como aseguró Escrivá, la ampliación del cómputo sea un tema “asumido por todo el Gobierno completamente”. “Nos sorprende porque no es el acuerdo al que se había llegado con los sindicatos”, ha dicho Santiago sobre el acuerdo para alargar el cálculo, en declaraciones a los medios en Madrid.

Este jueves, Escrivá atendió numerosas llamadas de los medios de comunicación para reiterar que el compromiso de ampliar el cómputo de las pensiones no es ninguna novedad y defender la medida. “La iniciativa es nuestra, no de la Comisión”, sostuvo el ministro en La Sexta. “Hay una recomendación del Pacto de Toledo que nos pide que analicemos esas nuevas realidades [del mercado laboral]”, aseguró, y “existe la posibilidad de que de todo ese análisis resulte que para algunas personas, para hacer el sistema más equitativo, haya que extender el periodo”. El ministro señaló que esa medida sería beneficiosa “para algunas personas que tienen carreras muy volátiles y muy discontinuas”, por lo que sus mejores años de cotización no son los últimos. En concreto, estimó que a un 30% de los trabajadores no les favorece el actual sistema.

Sus explicaciones, sin embargo, no parecen haber tranquilizado a sus socios de Gobierno, que este jueves se han desmarcado de cualquier medida que implique ajustar las pensiones. Ya en la anterior crisis, España se decidió a ampliar el periodo de cómputo desde los 15 hasta los 25 años, lo que se ha hecho progresivamente entre 2013 y 2022 (de hecho, será el año que viene cuando el sistema español estrene el cómputo de 25 años). La medida se traduce para la mayoría de nuevos pensionistas en menores retribuciones, ya que tener en cuenta más años normalmente implica que entren en la fórmula ejercicios en que se cotizaba menos. Por eso una nueva ampliación despierta recelos en los sindicatos y también en Podemos. Su anterior secretario general, Pablo Iglesias, fue en esta ocasión el canario en la mina, ya que este mismo jueves reaccionó a unas palabras de Escrivá, quien había dicho que la polémica era una “serpiente de verano” que en su día había alentado Iglesias. El que fuera vicepresidente segundo del Gobierno respondió que “las serpientes ni siquiera tienen las patas cortas como las mentiras”.




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