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¿Podemos olvidar recuerdos voluntariamente?

¿Es posible olvidar recuerdos de manera voluntaria? Hasta hace unos años, se pensaba que esto no podía suceder. Sin embargo, nuevas investigaciones han demostrado que, si se tiene un cerebro lo suficientemente fuerte, no hay problema con ello. Veamos qué sucede.

El último estudio ha sido llevado a cabo en el seno del Centro Vasco sobre Cognición, Cerebro y Lenguaje. Allí han descubierto que, de forma intencionada, olvidar recuerdos es posible si se tiene un cerebro poderoso y se intenta durante largo tiempo.

Para llegar a esta conclusión, el grupo investigador estudió la región cerebral que se activa siempre que se intenta recordar algo, y también cuando se intenta dejar de pensar en algo de manera voluntaria.

Olvidar recuerdos es posible

Hasta hace no mucho, neurocientíficos como Daniel Wegner creían que reprimir recuerdos de forma voluntaria era imposible, y estas teorías incluso se usan en campañas políticas para llegar al subconsciente del electorado.

Aun así, estas teorías han sido cada vez más cuestionadas por grupos de investigadores, como el que dirige Kepa Paz-Alonso, cuyo estudio ha sido publicado incluso en la prestigiosa revista Journal of Neuroscience.

En el estudio llevado a cabo en el Centro Vasco sobre Cognición, Cerebro y Lenguaje, y en el que también ha participado el Instituto de Neurociencias Helen Wills de la Universidad de California, se ha probado que una persona con fuertes conexiones entre regiones en la red cerebral donde se activan mecanismos para recordar recuerdos también puede usarlas para suprimir memorias.

Esta fortaleza se ubica en la zona que une el área pre-frontal lateral con el hipocampo a través del lóbulo parietal y la corteza cingulada. Si se da esa condición, una persona puede olvidar un recuerdo adquirido de forma reciente a voluntad, por lo que sería muy complejo que el cerebro lo pudiese recuperar en un futuro.

Dicha tesis la han probado a través de resonancias magnéticas y pruebas conductuales llevadas a cabo en voluntarios mientras activaban estas regiones con tareas determinadas. Por ejemplo, asociando pares de palabras que debían aprender y, una vez hecho esto, se hacían las pruebas tratando de recordarlas y también intentando que no pensaran en ellas.

Tras un seguimiento de las regiones y las redes cerebrales donde se producen las posibilidades de recordar u olvidar recuerdos, se demostró que las personas eran capaces de suprimir esas memorias a voluntad.

Así que, si te esfuerzas y tienes la capacidad necesaria en tu cerebro, podrás alejar de ti ciertos recuerdos para que no te torturen el resto de tu vida.


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